Un gol de Casemiro, en jugada de Vinicius y Rodrygo, le da la victoria y la clasificación para octavos ante una Suiza correosa pero sin ataque.
Suiza es una selección buena tirando a resistente. Incluso a pesada, desde la óptica del adversario. Suficiente para que Brasil, que es única en su especie, pareciera del montón. Pero al final lo excepcional tuvo más valor que lo convencional. El equipo de Murat Yakin salió a que nada pasara y casi nada pasó en 85′. Minimizó a Raphinha y Vinicius, invalidó a Richarlison y enfangó el choque hasta que Vinicius, Rodrygo y Casemiro rememoraron viejos tiempos y clasificaron a Brasil para octavos.
Suiza tiene poca gracia. Y la que le queda, Saqhiri, que lleva tiempo viniendo a menos, se la guardó en el banquillo Murat Yakin. Es una selección hecha de buenos jugadores de equipo que como tal se comportan en la escuadra nacional: pocos errores atrás, pocos aciertos delante, poca actividad en general y buena capacidad para apagarle la luz al adversario. Incluso a Brasil, que entró en recesión al relevar a Neymar por Fred aunque hasta la víspera Tite glorificaba a Rodrygo, recambio natural. Es muy del gremio elogiar al artista y acabar poniendo al obrero. Desde que ganó con un trivote el Mundial 94 (Mazinho, Dunga, Mauro Silva), Brasil se ha convencido que poner al menos a dos de ellos no conduce a la extinción.
La oportunidad de Vinicius
El caso es que el cruce de ambas campañas preventivas dejó un comienzo aburrido, pastoso. Tardó 27 minutos en llegar la primera y única ocasión de la primera mitad, pero fue estupenda. Raphina cruzó un balón de derecha a izquierda al que Vinicius aplicó una volea medio mordida que pilló a Sommer en ese palo. A Suiza, una selección con alto contenido de fibra, le iba el empate y no se esforzaba por disimular: dos líneas de cuatro muy juntas, Sow para estorbar la primera salida del balón y Embolo a esperar el milagro arriba.
Lo mejor de Brasil estaba en los extremos y el partido les dio pocas oportunidades. Vinicius ya no es un tapado y Yakin dobló la vigilancia sobre él (para eso puso a Rieder y quitó a Shaqiri). Y no recibió mejor trato Raphinha, que acabó por probar por el centro, donde su velocidad pierde importancia. Paquetá, que no es Neymar ni se le parece, nunca sorprendió a Suiza desde la mediapunta. Y ni Casemiro ni Fred miraron más allá de sus trabajos de recuperación. Así que hasta el descanso quedó un partido poco presentable.
También se lo pareció a Tite, que dejó en el vestuario a Paquetá para darle 45 minutos a Rodrygo, su periodo más largo en un mismo partido con la verdeamarelha. Fue un acierto. Para entonces Brasil había empezado a cansarse del pleito, deriva ciertamente peligrosa porque también había empezado a detectarlo Suiza, que por primera vez se aventuró en campo contrario. Fue de amago en amago: un exceso de confianza de Allison, un remate interceptado de Fernandes, un enredo en área pequeña que nadie remató...
Siempre Casemiro
Aun así, dejó un cabo suelto al que se agarró Vinicius para batir a Sommer a pase de Casemiro, pero el gol fue anulado por un fuera de juego de Richarlison en el inicio de la jugada. Tite le dio una última vuelta a su once con Antony y Gabriel Jesús, por ver si abrían las vías que no habían encontrado ni Raphinha ni Richarlison. Suiza solo cambiaba piernas gastadas por frescas.
Y entonces llegó un gol que se apuntó mayoritariamente el Madrid: lo empezó Vinicius, Rodrygo metió el pase crucial y Casemiro aplicó un bote pronto de empeine que Akanji rozó fatalmente. Un gol de jugadores de calle, la casa del fútbol hasta que lo encerraron en las academias. Eso solo lo tiene Brasil, marca diferencias incluso en los peores días y ya está en el horizonte de España para cuartos si todo sale según lo previsto.
Cambios
Rodrygo (45', Lucas Paquetá), Bruno Guimarães (57', Fred), Renato Steffen (58', Fabian Rieder), Edimilson Fernandes (58', Rubén Vargas), Gabriel Jesus (72', Richarlison), Antony (72', Raphinha), Haris Seferovic (75', Breel Embolo), Michel Aebischer (75', Djibril Sow), Fabian Frei (85', Silvan Widmer), Alex Telles (85', Alex Sandro)
Goles
1-0, 82': Casemiro
Tarjetas
Arbitro: Iván Arcides Barton Cisneros
Arbitro VAR: Drew Fischer, Armando Villarreal
F. Rieder (49',Amarilla) Fred (51',Amarilla)
Bruno Fernandes define, Diogo Costa resiste
Portugal se asegura la clasificación para los octavos de final y deja contra las cuerdas a Uruguay, que está obligada a vencer contra Ghana para no decir adiós al Mundial.
Portugal estará en los octavos de final, tercera selección clasificada tras Francia y Brasil, y, salvo resultados inesperados, lo hará como primera de grupo. Dos goles de Bruno Fernandes, el primero concedido de primeras a Cristiano -con rectificación posterior de la FIFA-, y el segundo de penalti, dejan contra las cuerdas a Uruguay, una selección cuyo relato en Qatar está cerca de ser el epitafio de una de sus generaciones más gloriosas. Cavani, Diego Alonso, Godín, Cáceres y Muslera están obligados a ganarle a Ghana para no decir gracias y hasta siempre a los Mundiales.
El partido hasta el descanso solo tuvo detalles de reels de Instagram: un rifirrafe entre Giménez y Joao Félix, una asistencia con el pecho de Cristiano y un jugadón de Bentancur, que Diogo Costa dejó en nada tras dejar sentados el uruguayo a Carvalho y Rubén Días. Los demás minutos transcurrieron entre un dominio inicial de Portugal, con muchos pases y poco fuste, y un posterior poderío uruguayo, con más empuje que talento. Lo mejor es que el partido estaba vivo, lo peor fue la lesión de Nuno Mendes. Sus lágrimas al retirarse eran de adiós al Mundial.
Precisamente el lateral había sido una de las tres novedades que presentó Fernando Santos en su alineación. Las otras fueron Carvalho y Pepe, que a sus 39 años se estrenaba en su cuarto Mundial. Santos había avisado que echaría mano de su “monstruo” para ocupar la vacante del lesionado Danilo y Diego Santos optó por un “fantasma” para compensar ese duelo emocional. Edinson Cavani, el héroe de Uruguay en el último enfrentamiento contra Portugal, autor de los dos goles que apearon a Cristiano y compañía del Mundial de Rusia, sería la pareja Darwin Núñez en lugar de Luis Suárez.
Diego Alonso sabía que una derrota le complicaba la existencia y también que Santos tenía más calidad en sus filas. De ahí que cambiara el sistema con el que jugó contra Corea y puso línea de tres centrales con la entrada de Coates por Pellistri. Entre su planteamiento y la mordiente de los suyos, que soltaban patadas como quien caza moscas, Portugal se fue diluyendo en el partido cual azucarillo, con Bernardo Silva impreciso y Joao Félix, Bruno y Cristiano maniatados.
El problema de Uruguay es que su mejor jugador, el ‘Pajarito’ Valverde, es otro al que vuela por Madrid. Ni le aprovechan como Ancelotti ni tiene a Modric a su lado. Otro mal charrúa fue que se llegó al descanso cuando mejor estaban en el campo y el paso por los vestuarios le sentó mejor a los portugueses, que empezaron a encontrar a la vuelta a Bruno Fernandes. Y cuando el del United juega, lo hace su país.
La FIFA deja a Cristiano sin igualar el récord de Eusebio
De sus botas salió el balón que dio la victoria a Portugal. Su centro parecía que lo había peinado Cristiano con la sutileza de una actriz retirándose el flequillo, si bien, la FIFA revisó la imagen y “donde dije Cristiano, digo Bruno”. Le quitaron el gol al‘7 y le dejaron así sin igualar el récord de Eusebio, que sigue siendo el máximo goleador portugués en los mundiales. Portugal tenía el partido donde quería y, sin embargo, se complicó la vida.
Fernando Santos, por una vez, se puso torero y sacó a Leao por Neves, dejando solo en la media con músculo a Carvalho. Entre eso y que Diego Alonso sacó artillería (Pellistri, Maxi Gómez, Luis Suárez, De Arrascaeta), Uruguay se vino arriba. El asedió a Diogo Costa fue el de un equipo que sabía que está al borde del precipicio: la tuvo Maxi, al palo, Luis Suárez, fuera por poco, y De Arrascaeta, paradón de Costa. Pero el empate no llegó y Santos corrigió su desaguisado, dando entrada a Palhinha, Matheus y Ramos. A partir de ahí Portugal respiró y más lo hizo cuando el colegiado, por recomendación del VAR, pitó un penalti polémico -otro más en este Mundial- por mano de Giménez. Bruno, porque Cristiano había sido sustituido, no falló y fin de la historia.
Cambios
R. Guerreiro (41', Nuno Mendes), F. Pellistri (61', D. Godín), De Arrascaeta (61', M. Vecino), Rafael Leão (68', Rúben Neves), M. Gómez (71', D. Núñez), L. Suárez (72', E. Cavani), G. Ramos (81', C. Ronaldo), Matheus Nunes (81', João Félix), J. Palhinha (82', W. Carvalho), M. Viña (85', M. Olivera)
Goles
1-0, 53': Bruno Fernandes, 2-0, 92': Bruno Fernandes
Tarjetas
Arbitro: Alireza Faghani
Arbitro VAR: Abdulla Ali Al Marri, Shaun Evans
Rodrigo Bentancur (5',Amarilla) Ruben Neves (37',Amarilla) Mathías Olivera (43',Amarilla) João Félix (76',Amarilla) Rúben Dias (88',Amarilla)
Ghana sobrevive y deja a Corea del Sur con pie y medio fuera
Partido frenético con acoso y derribo asiático en el tramo final. Cho y Kudus, estelares en un pulso con tres goles de cabeza
Ghana sigue con respiración. Está en la pelea. Por sus pulmones mundialistas aún fluye el aire que lleva a las eliminatorias, se mantiene con vida a la espera de la jornada final del Grupo H. En sus filas, Iñaki Williams atesora también ese aliento de esperanza tras salvar el ‘match ball’ ante Corea del Sur. No es que el delantero del Athletic haya estado muy participativo en el drama de hoy, tan sólo se ha asomado al final con un contraataque marca de la casa que Kyereh no supo culminar, pero ahí anda, tratando de seguir en la carrera qatarí hacia los octavos, mirando de reojo la trayectoria de España, bastante más sólida, y su hermano Nico.
Tras la polémica derrota ante Portugal, los ‘Black Stars’ no tenían otra alternativa: ganar o hacer las maletas. Y con absoluta agonía, se impusieron en el partido de la estratosfera. Se jugó más por los aires que por el césped, tres goles de cabeza y el ‘nueve’ Cho como emperador de los cielos. Cómo se disfruta este fútbol que parece del Paleolítico de acoso y derribo final lanzando un rosario de balones a la olla. Parece que lo ha desacreditado esta época del tiqui-taca pero es un deleite. Los coreanos completaron 50 envíos de ese calibre y el partido fue pura pasión. Cada centro ponía el corazón en un puño a las dos aficiones, con una tropa de rojo encaramándose a la defensa y ésta achicando agua como podía. Se añadió casi un cuarto de hora y como el árbitro impuso el final antes de un córner, el seleccionador de los asiáticos, Bento se fue enfurecido a por él y le estamparon la tarjeta roja. Prosigue la maldición del país con los segundos partidos mundialistas. Once intentonas y cero victorias.
Fue el colofón a un encuentro trepidante, una locura, puro frenesí. Un pulso entre la anarquía ghanesa, la de muchos jugadores criados en carreteras sin asfaltar y campos polvorientos, y la disciplina militar coreana. Se ven cosas en este equipo como a Kwon Chang-Hoon saludo militar retirarse sustituido y hacer un saludo militar antes de cruzar la línea lateral del campo. O una extraña disposición en un tiro de falta, con dos jugadores con una rodilla en tierra por delante de la barrera para despistar, mientras un defensor ghanés se tumbaba por detrás por si había un tiro raso por debajo del muro. Mientras, la afición africana no dejó de bailar, cantar y rezar durante los 90 minutos. Estas citas con tanto contraste de cultura son puro espectáculo.
Frente a la defensa de cinco que puso ante Portugal, esta vez Addo optó por una formación más atacante, con los hermanos Ayew arropando a Iñaki Williams. El problema es que el delantero del Athletic tiene un papel secundario en este equipo, está más para estirar al rival y que André Ayew tenga espacios para llevarse los honores que para esas conducciones centelleantes que suele prodigar en San Mamés. Y lo de Corea es curioso: letal en balones colgados en área ajena, unas Ursulinas a la hora de defender el juego aéreo. eso sí, empezaron a fuego durante un cuarto de hora vertiginoso.
Ghana demostró que no va de farol. Fue fiel al acento de los equipos del continente pobre en los Mundiales. No vive tanto de las estrellas como tradicionalmente Costa de Marfil o Camerún, por poner dos ejemplos, sino de la fuerza del grupo. Compiten con desenfado, sin gran disciplina táctica, al contrario que los asiáticos. Les encanta saltarse las normas. Otra cosa es la Copa de África, que depara ladrillos considerables. Su eficacia en ataque fue absoluta, en sus dos únicos remates a puerta, gol. Salisu agarró un balón muerto en el minuto 24 para abrir la cuenta. El balón dio sin querer en la mano a André Ayew, en una acción que en España habría anulado el tanto, pero en esta ocasión el VAR otorgó el premio.
Kudus empezó a hacer diabluras en el estadio Ciudad de la Educación. Se nota que ha criado en la escuela del Ajax. Un centro a la olla de Jordan Ayew le permitió peinar a la red. El 0-2 podría ser definitivo en otros escenarios, pero no en este Corea-Ghana llamado a integrar un escenario de benditos disparates. Salió Kang-in y revolucionó el cotarro. Se alió diabólicamente con Cho. ¿Por qué no salieron ambos en el estreno ante Uruguay y porqué tardó tanto bento en poner al mallorquinista?
Cho milita en el Jeonbuk Hyundai Motors y este año ha sido el bota de oro de la competición coreana y el MVP de la Korean FA Cup. Ejerció de Guerrero Taeguk en busca de la gesta. Apunta que se ha fijado estas semanas en el juego de Keane para conectar mejor con Son, el compañero del internacional inglés en el Tottenham. ¡Y vaya que si se nota! Con el 0-2 se percibió la falta de concentración en los ghaneses, que pensaron que estaba todo hecho. Cho metió un doblete para la igualada, con buenos centros de Jin-Su, que estaba en todas partes. Williams empezó a gritar a sus compañeros para no arrugarse, exigió echarse hacia arriba y “enviádmela a mí”. Ghana se pudo levantar de la lona. Un centro desde la izquierda que no acertó a rematar Iñaki llegó a la zona de Kudus, que resolvió con un potente disparo raso. Parecía la sentencia de un pulso que iba a todo tren, descontrolado. El equipo de Addo trató de clavar la puntilla a la contra. Kudus pudo poner el 2-4, antes de que se iniciara una carga final coreana abrasadora, sin desmayo, por cielo y tierra, ante un Ati Zigi que tuvo que desdoblarse. Ghana se mantuvo en pie ante semejante acoso y derribo. Sobrevive, con Uruguay en el horizonte. Y Corea está con pie y medio fuera de Qatar.
Cambios
Sang-Ho Na (45', Woo-Yeong Jeong), Kang-In Lee (56', Chang-Hoon Kwon), K. Sulemana (77', J. Ayew), D. Odoi (77', T. Lamptey), D. Kyereh (77', A. Ayew), Ui-Jo Hwang (78', Woo-Young Jung), A. Djiku (82', M. Kudus), A. Baba (87', G. Mensah), Kyung-Won Kwon (91', Min-Jae Kim)
Goles
0-1, 23': Mohammed Salisu, 0-2, 33': Mohammed Kudus, 1-2, 57': Gue-Sung Cho, 2-2, 60': Gue-Sung Cho, 2-3, 67': Mohammed Kudus
Tarjetas
Arbitro: Anthony Taylor
Arbitro VAR: Tomasz Kwiatkowski, Alejandro José Hernández Hernández
Amartey (20',Amarilla) Jung Woo-Young (26',Amarilla) Tariq Lamptey (72',Amarilla) Kim Young-Gwon (76',Amarilla)
Aboubakar rescata a Camerún y sorprende a la Serbia de Stojkovic
Aboubakar revoluciona el partido en siete minutos, con un gol y una asistencia a Choupo-Moting. Los balcánicos ganaban 1-3 en el 52′ con tantos de Pavlovic, Sergej y Mitrovic.
Hay montañas rusas con menos sobresaltos que este partido entre Camerún y Serbia. Los africanos se adelantaron con un gol de Castelleto, pero los serbios remontaron con los goles de Pavlovic, Sergej y Mitrovic. Aboubakar ejerció de revulsivo saliendo desde el banquillo y consiguió que Camerún empatara gracias a un gol suyo y una asistencia a Choupo-Moting.
La necesidad de no perder se notó desde el pitido inicial. Ambas selecciones querían neutralizar el equipo rival y aprovechar sus posibilidades, en estos minutos de tanteo, el equipo serbio tuvo las mejores ocasiones. Mitrovic recibió un balón en el área y tras un perfecto recorte a un defensa conectó un zurdazo que se estrelló en el palo, tras superar a Epassy. Este era el primer aviso, pero no el último, apenas cinco minutos después, el propio Mitrovic falló de manera incomprensible un balón claro en la frontal del área pequeña, tras un fallo en cadena de la defensa camerunesa. Serbia merecía abrir el marcador, pero parecía negada.
Estas primeras ocasiones provocaron la reacción de los africanos que lo intentó de lejos con un centro lateral y un disparo, ambos acabaron fuera de la meta de Vanja Milinkovic-Savic. Este tímido estiramiento de la selección de Song tuvo premio. Un córner, cedido por un error serbio, acabó en gol. Castelleto, en el segundo palo, aprovechó la prolongación de Nkoulou en el primer palo para empujar la pelota a la red, ante la mirada impotente de los jugadores serbios.
Los balcánicos buscaron con más precipitación que acierto el empate y a punto estuvo de costarle caro. Al filo del descanso Kunde roba un balón a la defensa y se planta solo ante Vanja Milinkovic Savic, pero el meta rechaza el primer disparo y el camerunés no acierta con la portería en la segunda opción. Pero antes de coger el camino de los vestuarios, Serbia dio la vuelta al partido en tres minutos, de los seis que dio el colegiado de prolongación. Pavlovic igualó el partido con un cabezazo perfecto tras un pase de Tadic. Dos minutos después, Sergej conecta un potente disparo lejano para remontar el partido. Así se llegaba al descanso.
Tras el paso por los vestuarios, los futbolistas de Camerún pareció que se habían quedado dentro. La selección de Stojkovic salió con ganas de finiquitar el partido y a los siete minutos, una jugada colectiva, ante la dimisión de toda la defensa camerunesa, acabó en las botas de Mitrovic que esta vez no perdonó. En apenas diez minutos, Serbia pasó de perder 1-0 a ganar con un cómodo 1-3. Con las sensaciones que transmitían ambos equipos, el partido parecía decantado, pero Song se guardaba una bala en la recámara: Aboubakar.
El seleccionador africano apostó por la veteranía del jugador del Al Nasr Riyadh y le salió bien. Llevaba siete minutos en el campo cuando Aboubakar coge un balón a la carrera, tras ganar la espalda a la defensa serbia, y con una perfecta vaselina supera a Vanja Milnkovic-Savic. Tras la incertidumbre de la revisión del VAR, por un posible fuera de juego, el tanto sube al marcador. Camerún se metía en el partido. El efecto Aboubakar todavía iba a durar un poco más, en concreto tres minutos más. De nuevo el veterano jugador africano se aprovecha de un balón a la espalda a la defensa, Milenkovic volvía a quedarse enganchado al tirar el fuera de juego, y su galopada acaba en un pase a Choupo-Moting que solo tiene que empujar el balón a la red. Los aficionados cameruneses no daban crédito, los serbios tampoco.
Sin embargo, tras el subidón de estos minutos, sin explicación lógica, el partido bajo de revoluciones dentro de la locura en que se había convertido. En la última media hora, Camerún parecía haber conseguido lo más difícil, pero no pudo buscar más. Por su parte, la selección balcánica intentó la fórmula que le había dado buen resultado en el descuento de la primera parte. En la segunda mitad no consiguió el mismo efecto y no pudo deshacer el empate. Un punto que les permite llegar con aspiraciones a pasar de ronda, siempre que ambas consigan ganar y dependiendo del resultado del Suiza-Brasil de esta tarde.
Cambios
V. Aboubakar (54', M. Hongla), S. Mitrović (55', S. Pavlović), G. Ondoua (66', P. Malong), C. Bassogog (66', Toko Ekambi), N. Radonjić (77', A. Živković), S. Babić (77', M. Veljković), M. Grujić (78', S. Milinković-Savić), G. N'koudou (80', B. Mbeumo), S. Oum Gouet (80', Zambo Anguissa), F. Djuricić (91', F. Kostić)
Goles
1-0, 28': Castelletto, 1-1, 45': Strahinja Pavlović, 1-2, 47': Milinkovic-Savic, 1-3, 52': Mitrovic, 2-3, 62': Aboubakar, 3-3, 65': Choupo-Moting
Tarjetas
Arbitro: Mohammed Abdulla Hassan
Arbitro VAR: Nicolás Gallo Barragán, Juan Soto Arévalo
Nkoulou (23',Amarilla) Christian Bassogog (29',Amarilla) Jovic (48',Amarilla) Nikola Milenkovic (93',Amarilla)
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