Portugal acaba pidiendo la hora en un partido que convierte a Cristiano en el primer futbolista en marcar en cinco Mundiales; Iñaki Williams tuvo el empate en el minuto 100
Iñaki Williams pudo en el minuto 100 darle una alegría al país de sus padres y, a su vez, marcarle con una cruz a Diogo Costa de por vida. Pero el delantero se resbaló cuando le había quitado la cartera al portero, que se confió dejando suelto el balón para sacar en largo sin pecartarse que por detrás andaba el del Athletic. Portugal sumó así, con angustia inesperada, su primera victoria en Qatar, inesperada por la superioridad que demostraron los de Santos hasta el primer gol de Cristiano y angustiosa por la locura final, con otros cuatro goles en 16′.
El de Cristiano, el 1-0, fue tan polémico como histórico, porque llegó por un penalti que no era y porque le convertía en el primer futbolista de la historia en marcar en cinco Mundiales, superando los cuatro de Pelé, Uwe Seeler, Klose y Messi. Bruno Fernandes, el mejor de todos, Joao Felix, Rafael Leao y el resbalón de Williams acabaron siendo decisivos para que Cristiano celebrara su enésimo récord con una sonrisa y no con lágrimas, que fue como cantó el himno de su país al comenzar su aventura en el que tiene pinta de ser su último Mundial.
Lo de Portugal fue un quiero y no puedo en la primera parte y lo de Ghana, un lamento para el espectador. Los de Otto Addo se sentían con el balón como un turista inglés con un vaso de agua en Benidorm, sin saber qué hacer, y en su poder les duraba menos que una cerveza al guiri en cuestión. La primera vez que dieron más de ocho pases seguidos fue a la media hora de partido y al descanso se fueron con solo un 26% de posesión y ni un disparo a portería.
Fernando Santos aventuraba un encuentro con semejante guión y de ahí que apostara por rodear a Cristiano de jugones, entre ellos Joao Félix, protagonista en el resultado y también en una de las varias polémicas que rodearon al estadounidense Ismael Elfath, cuyo arbitraje no estuvo a altura del escenario. Al filo del descanso, Djiky le pegó a Joao Felix una patada en su afán de despejar, si bien, el árbiro interpretó que hubo falta del portugués. Antes había anulado un gol anulado a Cristiano por un forcejeo también con Djiky de los que si es al revés no es penalti. Pero claro, visto el que sí pitó...
Portugal se fue a los vestuarios con cara de qué estamos haciendo. Su dominio solo les había servido para generar dos ocasiones de Cristiano: un mano a mano con el portero y otra de cabeza tras un salto de metro y medio con el que otros, a sus 37 años, se dejan la cadera al caer.
El problema de Portugal era que se empeñaba en entrar por dentro y tocando siempre al pie, sin profundidad ni desmarques. Así Ghana se sentía cómoda, con su línea de cinco atrás y un trivote de contención, y a la mínima que venían que no llegaban al corte, falta de las que desquician al rival. Pero el que acabó desquiciando a los ghaneses fue Ismael Elfath y su colega Armando Villarreal, porque el primero señaló penalti por nada y el otro no dijo ni mú desde el VAR. Lo que hizo Salisu no fue penalti sino ganarle la posición a Cristiano.
El histórico gol del ‘7′ agitó el partido. De no pasar casi nada en 65′ a ver cinco goles hasta el final Por eso se dice que el gol es la salsa del fútbol, porque a partir de uno llegó el frenesí. Quizás Ghana se acordó de que Arabia y Japón habían remontado tras recibir un penalti y se acercó a Diogo Costa como nunca antes. Partey avisó y Ayew firmó el primer gol de un equipo africano en Qatar. En Portugal se veían fantasmas hasta que aparecieron Bruno Fernandes, con dos asistencias, y Joao Felix para poner el resultado en el cajón de la lógica. Del rojiblanco fue el 2-1 y de una recuperación suya nació el 3-1 de Leao. Bukari, tras error garrafal de Cancelo, le metió emoción al descuento y en el último segundo... se resbaló Iñaki Williams.
Cambios
W. Carvalho (55', Otávio), T. Lamptey (65', A. Seidu), Rafael Leão (76', Rúben Neves), J. Ayew (76', A. Ayew), O. Bukari (76', M. Kudus), J. Palhinha (87', Bernardo Silva), João Mário (87', João Félix), G. Ramos (87', C. Ronaldo), D. Kyereh (91', A. Djiku), A. Semenyo (91', S. Abdul Samed)
Goles
1-0, 64': Cristiano, 1-1, 72': Ayew, 2-1, 77': João Félix, 3-1, 79': Rafael Leao, 3-2, 88': Osman Bukari
Tarjetas
Arbitro: Ismail Elfath
Arbitro VAR: Armando Villarreal, Drew Fischer
Mohammed Kudus (44',Amarilla) Ayew (48',Amarilla) Alidu Seidu (56',Amarilla) Williams (90',Amarilla) Danilo Pereira (90',Amarilla) Bruno Fernandes (94',Amarilla)
Embolo, delantero de Suiza nacido en Camerún, dio los primeros tres puntos a la selección helvética ante su país de origen. Los africanos brillaron en el primer tiempo, pero desaparecieron en el segundo acto.
Camerún cae a manos de un ‘camerunés’. Embolo, nacido en el país africano, pero con nacionalidad Suiza, fue el encargado de dar los primeros tres puntos al país helvético. Una selección que sufrió por culpa de las diabluras de Anguissa y Choupo-Moting, pero que supo aprovechar los espacios que dejaron en la segunda parte noqueando a los africanos. Los hombre de Yakin avisan con este primer partido: no temen a ningún a rival por atrevido que sea y ya esperan a Brasil y a Serbia.
Mientras que Yakin salió con todos y sin sorpresas en su once, Song dejó en el banquillo al veterano delantero Aboubakar y dio paso a un jugón como Anguissa, clave para desequilibrar el centro del campo helvético y armar las transiciones defensa-ataque de los africanos. Suiza fue la encargada de hacerse con el monopolio del partido durante el primer cuarto de hora: encerró a Camerún en su área, Xhaka y Shaqiri dieron verticalidad y Embolo trató de marear a la defensa bajando y subiendo. Pero esto no chocaba con el plan de Song para la primera parte: junto líneas y cerró bien atrás. N’Koulou y, sobre todo, Cartelletto, lograron frenar todas las llegadas al área. En el primer tiempo Onana no recibió ni un solo tiro a portería. Mientras que Suiza se hacía con una tediosa posesión y perdiendo verticalidad, frustrada de no poder superar el muro camerunés; Anguissa activó la maquinaria. Con sus pases empezó a generar una serie de contraataques que obligaron a Sommer, puesto en duda sobre si debía ser titular o dar ya el relevo a Kobel, a realizar una gran actuación.
El tridente Ekambi, Choupo-Moting y Mbeumo dieron la alegría necesaria para un partido que se jugaba a las once de la mañana en España. La primera ocasión la tuvo el ex del Villarreal, pero el disparo se le marchó alto. El delantero del Bayern, que llega con una racha espectacular con los bávaros, tuvo un mano a mano que casi acaba en gol, pero Sommer logró rozar el balón e impedirlo. El partido a partir del minuto 25 se empezó a romper a favor de Camerún, los africanos se desmelenaron y los suizos se acongojaron ante el despliegue ofensivo de su rival. Juego rápido, al primer toque, destreza técnica y buenos regates. Esto último lo demostró Mbeumo marchándose casi de tres jugadores en la frontal del área tas una gran contra organizada por Anguissa. Sin darse cuenta, Suiza había pasado de encerrar a Camerún a ser ella la que se estaba echando demasiado atrás. Tampoco se escandalizaron por ello, su punto fuerte está más en la solidez defensiva que en el ataque. Y alardearon de ello resistiendo ante una gran primera pare de los hombres de Song. Que pese a la insistencia del centrocampista del Nápoles y las temidas llegadas de Choupo-Moting, no lograron perforar la portería helvética.
Pero Suiza aprendió de la situación y puso remedio nada más arrancar la segunda parte. Shaqiri, colándose por la banda derecha, donde hizo mucho daño en varias jugadas, puso un centro al corazón del área. Embolo, solo ante la pasividad de N’koulou, empujó el balón al fondo de la red. No se sobrepuso al golpe Camerún, que perdió todo el brillo y el descaro que mostró en la primera parte. El único que aportó algo diferente fue Choupo-Moting, que siguió demostrando su calidad en el uno contra uno. Suiza, que destaca por sus buenos relojes, controló los tiempos del partido, rebajando la adrenalina en los momentos claves y dándole a Onona el protagonismo de Camerún. El segundo gol de los helvéticos estuvo más cerca que el empate, sobre todo con la salida del delantero del Bayern en las filas de Camerún y el relevo que dio Seferovic a Embolo para aportar la veteranía e inteligencia de un veterano.
Cambios
G. Ondoua (67', M. Hongla), F. Frei (70', D. Sow), H. Seferović (71', B. Embolo), N. Okafor (71', X. Shaqiri), G. N'koudou (73', Toko Ekambi), V. Aboubakar (73', M. Choupo-Moting), M. Ngamaleu (80', B. Mbeumo), F. Rieder (80', R. Vargas), E. Cömert (89', R. Rodriguez)
Goles
1-0, 47': Embolo
Tarjetas
Arbitro: Facundo Tello
Arbitro VAR: Mauro Vigliano, Fernando Guerrero Ramírez
Collins Fai (35',Amarilla) Elvedi (63',Amarilla) Manuel Akanji (82',Amarilla)
Valverde-Son, combate nulo
Las estrellas de Uruguay y Corea del Sur mostraron parte de su repertorio, pero el Mundial registra otro empate a cero. Los charrúas se estrellaron con el palo
Qatar ha montado un Mundial de lo más artificial, en medio del desierto. Tiene riqueza, calor, petróleo, gas, arena... hay arena por todas partes. Pero los goles no se compran, aquí falta lo mejor del fútbol. ¡Menos mal que Inglaterra y España se han traído un carro de ellos en esta primera jornada! Porque lo de los empates a cero ya cansa. Cuatro van en este amanecer del torneo, el récord de la historia en la entrega inaugural. Valverde y Son se esmeraron por que no fuera así en el Uruguay-Corea del Sur, pero un pulso tan plano durante 80 minutos no mereció otra cosa. Se desafiaron ambos ‘cracks’ en el tramo final. Lo que no se pudo hacer en tanto tiempo no se arregló en el sorbo final. La bicampeona no fue capaz de imponer su oficio ante la emergente Corea; tuvo las mejores ocasiones, pero eso no le alcanzó para imponerse.
El madridista empezó a hacer estiramientos en el 87′ porque estaba desfondado. Le mandan hacer recados por todas partes. No le ponen de falso extremo derecho, donde es un puñal, sino por dentro o incluso a la izquierda, y ahí se le ve perdido. No obstante, en el minuto 90 tuvo una penúltima carrera y un trallazo que disparó a la escuadra. Poco después regresó a defender ante una acción bien montada por el mallorquinista Kang.-in. Le sacó la bola lanzándose al césped y lo celebró apretando el puño y disparando el brazo al aire, con la raza de los campeones. Su equipo son diez tipos que se dejan el alma más su luz de esperanza estelar. Son, en su partido internacional 105, apareció también en esos instantes postreros, en el descuento, para ganar otro balón y disparar cerca de la meta de Rochet. Posiblemente fue el partido más flojo del certamen, sin paradas, sin noticias casi en los últimos metros, solo con dos postes, contra los que se estrelló el combinado sudamericano, ese del ‘Halcón’ y un córner rematado de cabeza por Godín. Los charrúas estuvieron sólidos, pero, cosa rara, hizo más faltas el cuadro asiático.
Era un partido de rachas. Del primer cuarto de hora se apropió Corea del Sur, que quiso igualar la agresividad del oponente. Uruguay parecía estar a verlas venir, pero en realidad estaba cómoda, históricamente siempre ha sido un equipo acechante, a la espera del momento adecuado, canchero. Fue creciendo con el paso de los minutos. No necesita la pelota ni la pretende. Diego Alonso, que cogió las riendas del cuadro celeste en diciembre, ha mantenido esa tradición. Lo prioritario es mantener la puerta imbatida, sin quebrantos. Frente a ello, el portugués Bento maneja un combinado que no tiene ese perfil de los japoneses de gente pequeña, poco física, los suyos son buenos tallos, gente con experiencia en Europa liderada por el gran Son, y practican un juego rápido y dinámico.
Giménez se puso el traje de ‘quaterback’, el mariscal de campo del fútbol americano, lanzando pases en diagonal como falso lateral a la espalda de la defensa coreana. Valverde estuvo cerca de aprovechar uno de esos envíos profundos, pero lanzó la pelota fuera, y Pellistri anduvo muy despierto en otro, dándola de primeras, pero ni Núñez ni Suárez pudieron anotar. El jugador del United tiene talento, pero le falta ritmo, de hecho, ha jugado más en este partido que en toda la temporada como ‘red devil’. Parte de la grada irrumpió con el ‘yo soy celeste, es un sentimiento, que no moriráááá....”.
La primera aparición de Son, enmascarado para proteger el entorno del ojo dañado recientemente, fue estelar. Se ensañó con Martín Cáceres y tuvo que llegar la ayuda del ubicuo Valverde, aunque también le recortó. Luego, la réplica. En un contraataque, con Olivera por el carril central, dio un pase horrible a Núñez, una bola larga, tardía y con bote, y este no pudo precisar mucho en un disparo que en condiciones normales era medio gol. Como se repartieron el primer tiempo por cuartos de hora, tipo baloncesto, el último sector volvió a pertenecer a los de rojo. Tras una buena jugada Moon-Hwan Kim ofreció un caramelito a Ui-Jo Hwang, pero éste no logró su propósito, y eso que Godín no corrigió a Giménez en uno de los pocos despistes de ambos. Hwang lanzó después por arriba. Los pupilos de Bento acababan las jugadas, estaban lanzados, triangulaban y encontraron un lío de la defensa celeste antes del descanso. Les faltaba el estoque, la espada de matar.
El momento clave pudo llegar en el último suspiro del primer tiempo. Godin firmó en el 43′ esa jugada que patentó mil veces en el Atleti: se elevó en un córner por encima Jae-Sung Lee y cabeceó al poste. A sus 36 años y 281 días, era un momento especial para él, ya que supera a Obdulio Varela (36 años y 279 días) y ya es el jugador más viejo en disputar un partido mundialista con Uruguay. Varela fue el capitán celeste en el ‘Maracanazo’. El excolchonero suma 160 internacionalidades y 15 apariciones en el Mundial, a una de Muslera. Él, Cavani, Luis Suárez y Martín Cáceres se pusieron a la altura de Pedro Rocha como los futbolistas de la celeste con más participaciones en el torneo, después de competir consecutivamente en Sudáfrica 2010, Brasil 2014, Rusia 2018 y Qatar 2022. A ellos puede sumarse aún Fernando Muslera.
Son se movía por todo el frente ofensivo. Empezó a aparecer por dentro y Giménez le quitó la cartera en una acción muy clara. Jin-Su pidió penalti tras dejarse caer en el área. Un toque de picardía más propio de los veteranos rivales. Cáceres rascó a Son y le sacó a bota de un pisotón. Darwin lo intentó en un contraataque, pero le mostraron y encaminaron hacia la línea de fondo y quedó muy encerrado. Todo parecía quedar fiado a que Valverde cazara alguna, faltaba un gesto de valentía de Diego Alonso, porque tenía al madridista haciendo demasiadas cosas, como si tuviera que ser el encargado de construir y destruir, mientras el resto permanecía parado. El ‘Pajarito’ se llenaba de responsabilidad y asumía que debe estar en todas partes.
Cavani salió para el tramo final, en el minuto 64, y fueron metiendo a los asiáticos en el área. Diego Alonso estaba tan metido en el partido que un balón perdido le dio de lleno en el rostro. A su equipo le costaba dar tres pases, todo eran pelotazos largos, en profundidad. Hasta el getafense Arambarri, fuera de esta cita, les podría haber valido para un plan B más dañino. Valverde se metió en un momento entre los centrales, en un perfil zurdo, como Kroos. Se echaban de menos sus carreras por la derecha pasando líneas. El partido se puso más alegre con el cansancio en las piernas. Gue-Sung Cho (Corea del Sur) golpeó el balón desde el borde del área, pero su disparo se fue desviado a centímetros del poste derecho. Darwin en el 81 no metió bien la rosca, y tampoco pudo remachar Cavani en el trayecto de la bola. El destino había escrito el cuarto empate a cero del Mundial. Sequía ambiental y de goles.
Cambios
E. Cavani (63', L. Suárez), Gue-Sung Cho (73', Ui-Jo Hwang), Joon-Ho Son (73', Jae-Sung Lee), Kang-In Lee (74', Sang-Ho Na), M. Viña (78', M. Olivera), N. De La Cruz (78', M. Vecino), G. Varela (87', F. Pellistri)
Tarjetas
Arbitro: Clément Turpin
Arbitro VAR: Jerome Brisard, Benoît Millot
Martín Cáceres (56',Amarilla) Gue-Sung Cho (87',Amarilla)
Brasil ya hace magia
Dos goles de Richardlison, el segundo para la historia de los Mundiales, abrillantan el estreno de la canarinha. Serbia empezó firme y acabó a un paso de ser goleada.
Es difícil estar en el pellejo de Brasil en un Mundial. Se le pide que gane y que divierta. Si falta lo primero, fracasa. Si no acompaña al triunfo de magia, se traiciona. Del primer ensayo salió ileso. Superó a Serbia con autoridad, hizo el gol del campeonato y no hubo noticias relevantes en su área, ese desagüe por el que se le han ido muchos torneos. A la selección de Stojkovic se le marcharon el orden y las fuerzas en la segunda mitad. Empezó firme y acabó al borde de la goleada ante una selección en la que Vinicius estuvo en el centro de todas las operaciones. Tite ya sabe que es intocable.
Serbia tiene trampa. Se corre el riesgo de tomarle la temperatura por el lado del palmarés, que está muy por debajo de su momento actual. Porque ahora muerde, incluso en campo adversario. Así salió a por este Brasil de Tite, que pretende hacer sostenible un once de cinco violines (de atrás hacia adelante, Paquetá, Raphinha, Neymar, Vinicius y Richarlison) y un solo tambor (Casemiro). Mucho pincel y poca brocha. Ahí está la grandeza y la miseria de la canarinha: nadie está más obligada a ganar, nadie está más obligada a lucir. Y más de una vez ha muerto por empacho de virtuosos.
Serbia supo buscarle, de salida, las flaquezas. Uno de sus tres centrales, Milenkovic, se fue a por Vinicius, uno de los pocos jugadores subversivos del campeonato, y el equipo resistió la tentación de hundirse atrás, aunque después acabara haciéndolo, más por necesidad que por convicción. Era un plan que exigía mucho trabajo y un estado físico impecable. El que no tenían Kostic ni Vlahovic, dos de sus cañones, que han llegado a Qatar con alfileres. Sin ellos, se apuntó a la resistencia y esperó que la victoria le cayera del cielo, literalmente, con Mitrovic, que cabecea hasta un satélite.
Raphinha, sin puntería
Así que durante gran parte de la primera mitad los vigilantes pudieron a los asaltantes. Neymar buscó el gol olímpico y Casemiro lo hizo desde más de veinte metros. Acercarse más a Rajkovic resultaba casi imposible. Estuvo cerca de hacerlo Vinicius, tras pase vertical de Thiago Silva, pero el menor de los Milinkovic-Savic, orensano por accidente, llegó una décima antes.
Con el paso del los minutos a Serbia le costó más sostener la muralla, incluso por el centro, la parte más fortificada de su zaga. Neymar y Raphinha abrieron algún boquete aunque faltó el acierto en el remate, sobre todo el caso del blaugrana, que en posición envidiable perdió su ventaja con un tirito sin fuerza ni colocación. Milenkovic también le limpió un balón a Vinicius sobre la bocina. El gasto de Brasil, en cualquier caso, estuvo muy por encima de sus verdaderas oportunidades de marcar. El asunto dependía de Neymar más que de ningún otro y no encontró la salida de ese laberinto.
Una obra de arte
Sin embargo, a Brasil siempre le queda una marcha más. Y la metió en la segunda mitad, cuando las piernas serbias comenzaron a flaquear. La selección de Tite encontró los flancos y fue acercándose al gol: Raphinha perdió un mano a mano, Neymar empaló mal una volea, Alex Sandro mandó un zapatazo al palo y, finalmente, Richarlison adelantó a la canarinha al aprovechar un rechace del meta serbio tras disparo de Vinicius.
Solo entonces Dragan Stojkovic llegó a la conclusión de que siempre es mejor tener goleadores que no tenerlos y metió un volantazo en su once. Entraron dos puntas, Lakovic y Vlahovic, y refórmulo el dibujo. Una deriva hacia el 4-3-3 y un equipo de perfil más montañoso. En dos corners se acercó al empate. Si la pelota volaba, Brasil temblaba. Aquel suspense duró hasta que Richardlison hizo el gol del Mundial, o de varios Mundiales. Vinicius metió un balón en el área y el ariete brasileño levantó la pelota con la izquierda y la empalmó de media chilena con la derecha en soberbia acrobacia.
Ahí se rindió Serbia, que con un equipo reformado para la remontada se vio al borde de la paliza. Su portero tuvo un final heroico, hecho que explica la superioridad brasileña.
Cambios
N. Radonjić (56', A. Živković), I. Ilić (56', N. Gudelj), Dusan Vlahovic (65', F. Mladenović), D. Lazović (65', S. Lukic), Fred (74', Lucas Paquetá), Rodrygo (75', Vinícius Júnior), Gabriel Jesus (78', Richarlison), Antony (79', Neymar), N. Maksimović (82', Aleksandar Mitrovic), Gabriel Martinelli (86', Raphinha)
Goles
1-0, 61': Richarlison, 2-0, 72': Richarlison
Tarjetas
Arbitro: Alireza Faghani
Arbitro VAR: Abdulla Ali Al Marri, Muhammad Taqi Al-Jaafari Bin Jahari
Strahinja Pavlović (6',Amarilla) Gudelj (48',Amarilla) Sasa Lukic (63',Amarilla)
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