ATLETISMO | MUNDIALES EN BUDAPEST
Álvaro Martín se cuelga el oro en 20 km marcha, el octavo de la historia para España y el 42º metal. Impresionante desempeño del español que ganó con autoridad.
Relámpagos, rayos y truenos querían su protagonismo en la mítica Plaza de los Héroes, lugar mágico que conmemora los mil años de la fundación de Hungría, y que es la base (salida y meta) de todas las pruebas de marcha y maratón en la 19ª edición de los Mundiales. Dos horas de retraso para que los 20 km marcha, la prueba que abría el calendario en Budapest, se pusiera en acción. Finalmente tras ese enorme retraso y aún bajo una copiosa lluvia se dio la salida a la primera gran esperanza de España en esta edición.
Álvaro Martín Uriol (Llerena, 12/06/1992), Diego García Carrera (Madrid, 19/01/1996) y Alberto Amezcua Balboa (Guadix, Granada, 10/05/1992) formaban la terna de la Selección, un potentísimo trío que quiere reivindicar la importancia de su disciplina. Y qué mejor que hacerlo con medallas en grandes campeonatos. Puesta en acción para las 20 vueltas al circuito de un kilómetro y el brasileño Bonfim, que llegaba con la segunda marca del año, se ponía al frente. Junto a él dos de los grandes favoritos, los japoneses Ikeda y Takahashi.
Tras proclamarse campeón, Álvaro Martín atendió a los micrófonos de RTVE para dar sus primeras impresiones, visiblemente emocionado: “Es muy difícil creértelo en los últimos metros que vayas a ganar. Es increíble. Teníamos que abrir de la mejor manera. También me he acordado de cuando fui cuarto en los Juegos, que fue duro. Se me ha metido algo en el ojo”, aseguró entre risas.
“Hoy me ha tocado a mí pero lo importante es que el equipo puede hacer lo que he hecho yo, he ganado yo la medalla pero la podían haber ganado Diego o Alberto. Todavía queda María Pérez, que tiene incluso más posibilidades que yo. Ahora disfrutar y animar a Diego, que hoy no ha tenido su día. Teníamos el primer incidente que se retrasó la prueba, todos se pusieron nerviosos. yo me metí en mi burbuja, pensé que había que comer algo. Han comenzado a toda pastilla, sabía que había que guardar fuerzas y luego atacar y no mirar atrás. Imagínate cómo me puedo sentir, que no tengo ni palabras. Notaba rabia porque tengo dos medallas en campeonatos de Europa, pero no vale, donde tenemos que dar la talla en es los Juegos. Hoy se casa una migo mío, debería estar en su boda y debería estar allí, pero esta medalla va por vosotros. Se me ha metido algo en el ojo de nuevo”
Martín, bicampeón de Europa de 20 km (2018 y 2022), no les perdía de vista. El primer aviso serio llegaba en el kilómetro 4 cuando Ikeda, subcampeón olímpico y mundial, pegaba un fuerte arreón y cogía cinco segundos de ventaja con un grupo que iba perdiendo efectivos y en el que se mantenían Álvaro... y a duras penas Diego y Alberto. Al paso del siguiente mil eran 21 los que se mantenían tras Ikeda y ya sólo un español: Martín.
En el 8, Ikeda seguía aumentando progresivamente su renta (12 segundos) mientras el turco Korkmaz quería ser la gran sorpresa y apretaba junto al colombiano Pintado. Mediada la carrera saltaba la alarma. Bonfim se juntaba al marchar extraño del turco y ambos se escapaban del grupo... y se acercaban al marchador nipón. Las medallas se alejaban para Martín. Seis segundos había que enjugar.... y de qué manera lo hizo el español.
Paulatinamente fue aumentando el ritmo, avanzando posiciones, dejando rivales en el camino. A falta de cinco kilómetros sólo Ikeda aún le precedía, pero Álvaro le tenía en el punto de mira. Y le cogió. El oro era posible, ser campeón del mundo estaba a menos de cinco mil metros. El ritmo del español era poderoso, hercúleo, regular... La Plaza de los Héroes estaba viendo a uno de los suyos conquistar Budapest. Sólo el brasileño Bonfim con un marchar y una estrategia similar venía por detrás amenazante.
Martín sabía que estaba ante una oportunidad única y apretó los dientes, forzó el marchar y siguió apostando porque el 19 de agosto se convirtiera en un día mítico en la marcha española, esa que el extremeño tanto defiende y reivindica. La 42ª medalla en unos Mundiales, la 18ª en marcha estaba casi asegurada, pero Álvaro quería que fuera el octavo oro de siempre. Cada metro parecía un kilómetro; cada mil metros, una maratón... pero el marchador español no cejaba. Como un yunque golpeaba el suelo con cada pisada, avanzando más metros que nadie, con un marchar elegante y una técnica depurada. La lluvia desaparecía, el cielo se abría... España iba a liderar el medallero de unos Mundiales con el primer oro en la prueba inicial. Martín cruzaba la meta victorioso con un tiempazo (1h17:32, mejor marca mundial del año) y se proclamaba campeón del mundo, el octavo español en la historia. Rodilla al suelo, lágrimas, ojos rojos... y una enorme ilusión y emoción. Plata para el sueco Karlstrom y bronce para el brasileño Bonfim. Amezcua fue 13º y García-Carrera, 39º.
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