El actor y director ha confirmado la duración de la nueva entrega de su polémico personaje, que será la más breve de todas las entregas.
Santiago Segura ya se encuentra en fase de posproducción de la nueva entrega de Torrente, una saga que alumbró hace ya casi treinta años y que le ha reportado pingües beneficios. Tras una larga pausa consagrada al cine familiar , el actor y director ha decidido volver a lo que mejor se le da, rescatando a su personaje estrella en una secuela que llegará doce años después que su predecesora, Torrente: Operación Eurovegas.
Sus intervenciones suelen dar pie a jugosos titulares , aunque en esta ocasión, lo que ha sorprendido ha sido un dato sobre la nueva aventura del casposo policía, que llevará por título Torrente, presidente y que llegará a las salas el próximo 13 de marzo, desplegando toda su artillería no sin antes haber encendido la llama de la polémica meses antes del estreno. Ahora, mientras se acerca cada vez más el día señalado, su creador ha querido despejar algunas dudas adelantando que la duración de la película será de 80 minutos.
Así lo ha revelado recientemente el propio actor en una entrevista en el podcast Las Historias del Mago More , donde ha asegurado que esta reducción en el metraje no responde a cuestiones creativas ni presupuestarias. La razón, asegura, es el miedo atroz a que el público desconecte, algo cada vez más habitual en un mundo hiperconectado. "En películas con duración normal de unos 90-95 minutos y la gente tiene que sacar el móvil, me parece tan triste, macho", ha señalado.
Segura describe la nueva entrega como un "pim pam pum" constante, un ritmo ágil que busca mantener al espectador pegado a la pantalla grande antes de caer en la tentación de revisar notificaciones. Sin embargo, lejos de ser un sacrificio artístico, el director lo plantea como una estrategia adaptativa. Segura siempre se ha definido como un "artista empresario", alguien que comprende que el cine también es producto y que el consumo audiovisual ha cambiado radicalmente en la era de las pantallas.
No es la primera vez que toma decisiones arriesgadas: la primera entrega de Torrente fue un fenómeno mediático que, según contó un ejecutivo de Columbia, generó una campaña valorada en millones gracias a su impacto cultural. Más tarde, su transición al cine familiar también fue medida al milímetro, reforzando su imagen a través de formatos televisivos como MasterChef Celebrity, Tu cara me suena o El Hormiguero.
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