Ya estoy aquí con otra sesión de (NATIONAL PRESENT)de la sección de NATIONAL GEOGRAPHIC.
Seguiremos con los que os conté y los dos articulos de esta semana son Descubren una momia preincaica en Perú y en la segunda parte hablaremos de Nuevos hallazgos en una tumba bajo el templo de la reina Hatshepsut.
Pues no me enrollo más y vamos al grano.
Descubren una momia preincaica en Perú
Un equipo de arqueólogos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos ha localizado en el sitio arqueológico de Cajamarquilla, a 25 kilómetros de Lima, la momia de un hombre joven atada con cuerdas y en excelente estado de conservación.
Arqueólogos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos descubren una momia en Cajamarquilla.
El complejo arqueológico de Cajamarquilla, uno de los más extensos de Perú, se encuentra en el valle de Jicamarca, seis kilómetros al norte del río Rímac y a unos 25 kilómetros de Lima, la capital. Allí, un equipo de arqueólogos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), dirigido por el catedrático Pieter Van Dalen Luna y la arqueóloga Yomira Huamán Santillán (y que ha contado con la colaboración de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga y la Universidad Nacional de San Antonio Abad de Cuzco), ha realizado un sensacional descubrimiento: una momia preincaica en excelente estado de conservación.
Entierro típico de la sierra peruana
La momia, que corresponde a un varón de entre 18 y 22 años, fue descubierta en el interior de una estructura subterránea de forma ovalada (de unos tres metros de largo por 1,40 de profundidad) que contenía ofrendas funerarias y una plataforma en su lado norte. A ella se accedía por una escalinata de siete peldaños. El cuerpo tiene entre 800 y 1.200 años, se había dispuesto en posición fetal, estaba completamente atado con cuerdas y se cubría el rostro con las manos. "Fue difícil sacar a la momia, tardamos entre dos o tres días, ya que queríamos que se mantuviera intacta", ha declarado Huamán. La forma de enterramiento del cuerpo se corresponde, según los arqueólogos, a la de los pobladores de la sierra de Perú, lo que demostraría que este lugar estuvo ocupado tanto por gentes procedentes de la costa como de la sierra durante el Período Intermedio Tardío, que abarca desde la decadencia del imperio huari hasta la victoria de los incas (1000-1400 d.C.).
La momia, que corresponde a un varón de entre 18 y 22 años, fue descubierta en el interior de una estructura subterránea de forma ovalada (de unos tres metros de largo por 1,40 de profundidad) con ofrendas funerarias y una plataforma en su lado norte.
La importancia de Cajamarquilla radica sobre todo en su posición estratégica, que resultó fundamental para el desarrollo de intercambios comerciales entre los habitantes de la costa y los de la sierra. A ello alude Yomira Huamán en un artículo recientemente publicado en la Revista Arqueología y Sociedad, del Museo de Arqueología y Antropología de San Marcos, titulado "El Período Intermedio Tardío en Cajamarquilla a partir de las evidencias del sector Tello [el sector donde se ha llevado a cabo el descubrimiento]". Huamán afirma que en ese período, en Cajamarquilla convivieron personas de lugares muy diversos, pero principalmente población local (la cultura ichma) y los chaclla, procedentes de la sierra.
Un asentamiento multicultural
Según los investigadores, el estudio de este sitio arqueológico permitirá ampliar los conocimientos sobre las prácticas culturales desarrolladas aquí en períodos prehispánicos tardíos, así como las interacciones que se dieron entre la localidad de Cajamarquilla y otros lugares del valle del río Rímac, sus estrategias de producción y la división jerárquica existente entre sus pobladores cuando llegaron los incas y se anexionaron este territorio. Para el arqueólogo Pieter Van Dalen Luna, con el descubrimiento de la momia de Cajamarquilla se "están escribiendo páginas olvidadas del Perú, en especial de Lima, y este hallazgo nos permitirá conocer a los antiguos pobladores que se asentaron en el valle de Lima".
El estudio del sitio arqueológico permitirá ampliar los conocimientos sobre las prácticas culturales desarrolladas aquí en períodos prehispánicos tardíos, así como las interacciones de la localidad de Cajamarquilla con otros lugares del valle del río Rímac.
La momia y otros descubrimientos realizados en contextos funerarios de Cajamarquilla (como un fardo funerario que contenía los restos de una niña y el de otro individuo) fueron presentados la semana pasada a los medios de comunicación por los investigadores. Durante la rueda de prensa se comunicó que la momia y los demás hallazgos del sitio arqueológico se expondrán en la Casona Real, un recinto histórico perteneciente a la Universidad de San Marcos.
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MOMIA CAJAMARQUILLA
Nuevos hallazgos en una tumba bajo el templo de la reina Hatshepsut
Un equipo de arqueólogos polaco ha descubierto cientos de ofrendas a Hathor en los escombros que cubren el pasadizo de una tumba subterránea que se extiende bajo la capilla de esta diosa en el templo funerario de Deir el-Bahari. Posiblemente fueron trasladadas aquí por los sacerdotes debido a su gran acumulación.
Capilla de Hathor en el templo funerario de la reina Hatshepsut en Deir el-Bahari.
Desde hace años, concretamente desde 1961, equipos arqueológicos polacos han excavado en el templo funerario de la reina Hatshepsut (1479-1458 a.C.) en Deir el-Bahari, en la orilla occidental de Luxor. En la actualidad, el emblemático edificio continúa siendo estudiado por un equipo de investigadores del Centro Polaco de Arqueología Mediterránea de la Universidad de Varsovia, bajo la dirección de Patryk Chudzik. En el transcurso de sus trabajos, los arqueólogos han llevado a cabo un importante descubrimiento: cientos de objetos procedentes de una antigua tumba excavada en la roca que se halla debajo de este complejo.
Una tumba bajo la capilla
Patryk Chudzik ha explicado que su equipo realizó el descubrimiento en la primavera de 2021, en el marco de los trabajos de reconstrucción de la capilla dedicada a la diosa Hathor en el templo funerario de la soberana, ubicada en el lado sur de la terraza media del templo, labor que llevan realizando desde el año 2020 con el objetivo de salvaguardar la rica decoración de la capilla y hacerla accesible a los visitantes. De hecho, los arqueólogos estaban asegurando el techo de la tumba que se extiende bajo la estancia, porque temían que pudiera derrumbarse durante las tareas de reconstrucción.
El descubrimiento tuvo lugar en la primavera de 2021, en el marco de los trabajos de reconstrucción de una capilla dedicada a la diosa Hathor cuyo objetivo es salvaguardar la rica decoración de la capilla y hacerla accesible a los visitantes.
"En el extremo occidental del callejón que conduce a la capilla de Hathor se descubrió, a finales del siglo XIX, una tumba que data del reinado de Mentuhotep II, que gobernó Egipto quinientos años antes de la época de Hatshepsut. El descubridor de la tumba, el arqueólogo suizo Édouard Naville, que trabajaba en ese momento para el Fondo de Exploración de Egipto, decidió que los escombros de roca que llenaban el interior del corredor subterráneo [de quince metros de largo] y la cámara del sarcófago no prometían ningún hallazgo interesante. Sin embargo, los últimos trabajos de excavación llevados a cabo por nuestra expedición han mostrado algo completamente distinto", dice con orgullo el arqueólogo polaco.
Miles de ofrendas
En el transcurso de las excavaciones en la tumba,los investigadores polacos hallaron una figura de madera que representa a un hombre tocado con una peluca corta (tal vez el propietario original de la sepultura), varias decenas de figurillas femeninas de fayenza que representan mujeres desnudas con largas trenzas, amuletos en forma de mujeres con orejas de vaca, figuritas de barro de vacas y vasijas de cerámica con pechos modelados. Este conjunto de objetos también incluía numerosos fragmentos de esculturas dedicadas a la diosa Hathor. Asimismo, los arqueólogos descubrieron una gran cantidad de objetos de uso cotidiano como tazas, vasijas de cerámica, platos y cuencos. Todo ello, posiblemente, fueron ofrendas hechas por los fieles y sacerdotes hace miles de años. Chudzik cree que, debido a la gran acumulación de objetos, los sacerdotes se vieron obligados a retirarlos de la capilla y los amontonaron en la tumba que había debajo, creando así una pila de desechos.
Los investigadores hallaron la figura de madera de un hombre tocado con una peluca corta, varias decenas de figurillas femeninas de fayenza, amuletos en forma de mujeres con orejas de vaca, figuritas de barro de vacas y vasijas con pechos modelados.
"El carácter compacto del hallazgo demuestra claramente que todos estos objetos fueron depositados en la tumba durante un corto período de tiempo, y su estado de conservación, la mayoría solo en fragmentos, indica que fueron trasladados a este lugar por los sacerdotes del templo, que recogían regularmente las ofrendas votivas llevadas a la capilla y las depositaba en otro lugar, creando una especie de 'vertedero'. La necesidad de retirar las ofrendas traídas por los fieles fue resultado de la gran popularidad del culto a la diosa Hathor, cuyo principal lugar de adoración en la necrópolis tebana era Deir el-Bahari", explica el arqueólogo.
Algunos de los hallazgos se han datado a principios del Reino Medio (1980-1760 a.C.), sin embargo, la mayoría de las piezas localizadas datan de épocas posteriores, posiblemente de principios de la dinastía XVIII (1539-1292 a.C.). Hathor era una de las diosas más veneradas del antiguo Egipto. Se la solía representar en forma de vaca o como una mujer con las orejas de este bóvido. Su imagen aparece representada asimismo en numerosas ocasiones en los relieves del templo funerario de Hatshepsut.
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