El mallorquín, vigente campeón del mundo de la distancia, debe mejorar dos segundos. “Se puede ganar desde una calle lateral”, asegura. Vall y Cabanes acaban decimosextas su participación.
Debía notar la electricidad en el ambiente, pues le tocó salir a escena a Hugo González este miércoles, en las semifinales de los 200 metros espalda de los Juegos Olímpicos, justo después de la ceremonia de entrega de medallas de los 200 mariposa que había ganado Léon Marchand. El francés al que un día el español derrotó, en una piscina de yardas de Estados Unidos. En la distancia de la que es vigente campeón del mundo, título cosechado el pasado febrero en Doha, el mallorquín se metió en la final con el octavo mejor tiempo, de nuevo por los pelos como en los 100.
Empezó séptimo por el paso de los 50 metros, dosificando como por la mañana, pero consciente de que debía mejorar los tiempos, y habituado a ir de menos a más en su distancia favorita, sacó la cabeza y al paso por los 100 ya iba tercero, para caer al quinto y terminar de nuevo como tercero (1:56.52) de su serie, medio segundo por debajo de lo que había marcado en las preliminares, aunque lejos por ahora de los principales favoritos, Hubert Kos (1:55.96) y Roman Mityukov. Sí avanzó a dos que caen de esa pugna: Thomas Ceccon y Ryan Murphy.
Deberá indudablemente dar un salto para acercarse a la opción de medallas en la final de este jueves a las 20:38 un Hugo que tranquilamente puede hacerlo, pues su mejor tiempo, que fue el récord de España establecido hace un mes en los Trials, está muy por debajo del registro con el que se metía en la final: 1:54.51. Aunque también es cierto que ya avisaba en AS de que convendría incluso mejorarlo para subirse al podio. De momento, su techo es el sexto puesto que hizo en los 100 espalda, calcando el logrado en Tokio 2020.
En el aire los 200 estilos
“Mañana (por hoy) queremos más. Lo ideal sería hacer marca personal. Y si no, acercarnos, estar en el mismo segundo”, analizaba el espaldista, quien tiene claro que “se puede ganar desde una calle lateral” y que, preguntado a última hora del miércoles por su participación este jueves en la sesión matinal de los 200 estilos, donde figura inscrito, se limitó a contestar: “Tengo que hablar primero con mi entrenador”.
Jéssica Vall acaba decimosexta sus terceros Juegos
Era un milagro, no entraba dentro de los pronósticos, pero por soñar que no quedara. Jéssica Vall afrontaba como un “regalo” las semifinales de los 200 braza, su prueba de toda la vida, tras marcar por la mañana el noveno mejor tiempo (2:26.22). Pero no pudo ser. Estuvo muy por encima por la noche, 2:26.22, y acababa decimosexta su tercera participación en unos Juegos Olímpicos la catalana, una de las nadadoras más laureadas en la historia de España, que con esta prueba despide su participación en París. Quién sabe más allá.
En los 200 mariposa, concluyó la participación de Laura Cabanes, quien a sus 18 años nado primero los 100 y este miércoles, en su especialidad, fue capaz de clasificarse para las semifinales a pesar de que -según ella misma afirmó- no le había salido la carrera tal como la había preparado. Y por la tarde mejoró su tiempo, 2:10.60, pero no le bastó para avanzar posiciones y acabó decimosexta, en una distancia en la que mostró su poderío Summer McIntosh, primera hacia la final con más de medio segundo de ventaja sobre Regan Smith.
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