Martes y como no toca una entrada de LA RAZÓN Y LA CULTURA vamos más cinefilos con dos artículos con esos dos gran relatos grandes películas para empezar
Superman: de una idea entre amigos a icono antirracista y como no 10 datos y anécdotas que no conocía sobre el Titanic.
Que espero que os guste y ya sabéis nos vemos el próxima martes con dos artículos más en una nueva entrada de LA RAZÓN Y LA CULTURA.
Superman: de una idea entre amigos a icono antirracista
Un día como hoy de 1938 se publicaba en Estados Unidos el primer tebeo del superhéroe, creado por el escritor Jerry Siegel y el artista Joe Shuster
Existen personajes ficticios que figuran en el imaginario colectivo mundial. No importa si se es o no fanático suyo, pero alguna vez en la vida seguramente escuchará su nombre, verá una fotografía suya o su famoso logo estampado en una camiseta o, incluso, se lo imaginará mientras avista un avión en el cielo. Hoy cumple 83 años el superhéroe más famoso del mundo: Superman. Su primer cómic, bajo el título “Action Comics”, se publicó en Estados Unidos un día como hoy de 1938 y, desde entonces, el alter ego de Clark Kent no ha hecho más que crecer tanto en su argumento como en cuanto a adaptaciones televisivas, cinematográficas y de todo tipo.
Todo este fenómeno nació de una idea entre amigos. El escritor estadounidense Jerry Siegel y el artista canadiense Joe Shuster se conocieron en 1933, cuando vivían en Cleveland (Ohio). Y decidieron unirse para hacer historia en el mundo de los cómic: crearon uno llamado “The Superman” y lo vendieron a Detective Comics, Inc., que actualmente es conocido como DC Comics. La publicación apostó (y acertó) por el nuevo personaje, y lanzó su primer número el 1 de junio de 1938. En este primer lanzamiento, el público ya pudo conocer al periodista y superhéroe en secreto, así como a su querida Louis Lane, una historia que rápidamente llamó la atención y que dio inicio a la denominada “era dorada de los cómics”.
En el momento de su primera salida a la venta, este primer número de “Action Comics” valía 10 centavos. Ni Siegel ni Shuster, quizá, se imaginaban hasta qué punto esta cifra ascendería. Más aún si se tiene en cuenta que tan solo existen en el mundo menos de 100 copias del cómic número 1 de Superman. Y ejemplo de este aumento de valor es la venta de uno de estos ejemplares, que el pasado 7 de abril se subastó, según informó ComicConnect.com, por la friolera de 3,25 millones de dólares, equivalentes a alrededor de 2,5 millones de euros. De hecho, tal es la directa proporción entre precio y tiempo que el vendedor de esta copia la adquirió en 2018 por poco más de 1 millón y medio de euros. “No hay un libro de historietas que se pueda tasar más alto que el número 1 de ‘Action Comics’”, aseguró el experto Vincent Zurzolo tras la subasta.
Portada de "Action Comics", primer tebeo sobre Superman
Por tanto, el éxito y la fama del universo de Superman en el mundo es evidente. Y otra prueba de ello va más allá del dinero: las adaptaciones. La creación de Siegel y Shuster ha llegado tanto a la televisión como al cine, pero el primer paso en este sentido se dio en la radio. Bajo el título “Las aventuras de Superman”, Bud Collyer transmitió en un serial radiofónico las historias del superhéroe durante la década de los 40. De la radio, Collyer puso su voz en una serie de cortometrajes de animación, que fueron la antesala para la primera película sobre Superman: en 1948, se estrenó la primera cinta de una serie cinematográfica, y fue Kirk Alyn el primero en vestirse con la gran “S” en el pecho.
Desde entonces, las películas son numerosas: en 1951 fue George Reeves quien vistió la capa roja, esta vez en un filme dirigido por Robert L. Lippert y bajo el título “Superman contra los hombres ratones”. No obstante, esto no fue apenas nada comparado con la llegada de Christopher Reeve como nuevo superhéroe. Tras un parón durante los años 60, en 1978 Richar Donner dirigió “Superman: la película” y, para los expertos y la mayoría de los fanáticos, esta es la mejor producción sobre Clark Kent de todos los tiempos.
Con banda sonora de John Williams y la colaboración de Marlon Brando, este fue el real inicio del éxito de Superman en la gran pantalla, que más tarde mantuvieron otras cintas o series animadas, hasta la llegada, en 2006, de la continuación de la de Reeve: “Superman: Returns”. En esta ocasión, fue Brandon Routh quien protagonizó la cinta, aunque este no ha tenido tanta importancia en el fenómeno de este superhéroe como Henry Cavill, que llegó en 2013 con la versión definitiva: “El hombre de acero”, dirigida por Zack Snyder.
Christopher Reeve como Superman
Un requisito inclusivo
Y las versiones siguen circulando. Pero si hay una que ha llamado recientemente más la atención es la que están preparando Warner Bros y DC, bajo la producción de J. J. Adams. A principios de mayo, “The Hollywood Reporter” confirmaba que la nueva producción sobre Superman se haría con un protagonista negro. Es decir, el sucesor de Cavill o Reeve se une al Blacks Lives Matter y, aunque no hay nombre definitivo, sí se están barajando ya varios, y el más interesante es el de Michael B. Jordan, así como también se rumorea que podría ser Jonathan Majors, Daniel Kaluuya (ganador de un Oscar por “Judas y el Mesías negro”) o René-Jean Page (”The Bridgerton”).
En cuanto a los directores, también está el requisito de que sean afroamericanos, y entre los candidatos figuran Steven Caple Jr, JD Dillard, Regina King o Shaka King. Por su parte, el guion, que según “The Hollywood Reporter” estará terminado para finales de este año, lo hará el escritor y periodista estadounidense Ta-Nehisi Coates, que trabaja también como guionista de Marvel en “Capitan América” o “Pantena Negra”.
Así, Superman, que nació como un sueño entre amigos y que pasó a convertirse en el máximo ejemplo del sueño americano, responde ahora a la determinación de DC Comics por ampliar la diversidad racial y sexual en sus producciones, así como se unen al movimiento de Hollywood de hacer del cine un mundo más inclusivo y eliminar el antirracismo.
10 datos y anécdotas que no conocía sobre el Titanic
La película de James Cameron que protagonizan Leonardo DiCaprio y Kate Winslet está repleta de guiños hacia los más minúsculos detalles de lo que ocurrió en el transatlántico
DiCaprio y Winslet, protagonistas de "Titanic"
Un 10 de abril de 1912, el Titanic, el mayor transatlántico jamás visto hasta entonces, zarpó desde Southampton (Inglaterra), con rumbo hacia Nueva York. Un proyecto tan lujoso como ambicioso, que sí, ocurrió, pero, como ya todos sabemos, de la manera más trágica jamás imaginada. El 15 de abril, el barco se chocó con un iceberg y tardó dos horas y media en hundirse, poco a poco, tal y como se puede ver en la icónica película de James Cameron, que protagonizan Leonardo DiCaprio y Kate Winslet. Durante la cinta, el espectador, además de disfrutar del intenso romance entre Jack y Rose, piensa en más de una ocasión en por qué no se tomó esta decisión o por qué no se hizo esto otro. Todo podría haber cambiado si algunos detalles, algunas conclusiones no se hubieran tomado. No obstante, sucedió, el trasatlántico se hundió -actualmente se encuentra en el fondo del Océano Atlántico, dejando, de 2223 pasajeros a bordo, 711 supervivientes. Hasta hoy, esta historia continúa siendo de interés mundial, una anécdota que dejó huella y de la que aún hoy se sigue aprendiendo.
1. Una cuestión estética
Así se refleja en la película de Cameron: el Titanic iba a contar con 64 botes salvavidas, cantidad suficiente para todas las personas que estaban a bordo. No obstante, decidieron llevar la mitad, 32 botes, hasta que al final se colocaron únicamente 20. ¿Por qué? “Para que la cubierta se viera más despejada”, le dice Thomas Andrews -arquitecto del barco interpretado por Victor Garber- a Rose en la cinta. Una decisión, por tanto, determinante para muchas vidas que no pudieron embarcar en los botes.
2. El último en abandonar el barco
El capitán Edward John Smith, interpretado en la película por Bernard Hill, iba a jubilarse después del gran viaje inaugural del Titanic. Era un capitán bastante querido por los pasajeros y la tripulación, conocido como el “Capitán de los millonarios”. Aunque fue impecable en su carrera y llegó a formar parte de la White Star Line, una de las principales compañías navieras británicas de la época, no pudo disfrutar de su última operación.
3. Otra de cine
La de DiCaprio y Winslet no fue la única cinta que retrató lo sucedido. Algo curioso que ocurrió es que Dorothy Gibson, actriz americana el cine mudo, fue una de las supervivientes del naufragio. Y, al llegar a la ciudad de Nueva York, dio a conocer lo sucedido haciendo lo que mejor sabía: actuar. Comenzó a filmar “Salvados del Titanic”, primer filme en narrar los hechos del hundimiento y que se estrenó en mayo de 1912, tan solo un mes después del accidente. La actriz usó la misma ropa y zapatos que llevaba en el navío y, actualmente, se desconocen copias de esta película.
4. Tres naufragios, una vida
Sí, hay quien tiene mala suerte (o buena, depende de cómo se mire) en la vida, hasta el punto de vivir hasta 3 naufragios de grandes barcos. Le ocurrió a la azafata y enfermera Violet Jessop, superviviente del hundimiento de tres navíos: contratada por la White Star Line, fue destinada al RMS Olympic, que en 1911 colisionó contra el HMS Hawke, sin producirse víctimas. Más tarde, con 25 años, Jessop sobrevivió al Titanic y, sin miedo alguno, pasó a trabajar para el Britannic, considerado el Titanic 2 por los medios de comunicación de la época. Ese barco también se hundió, y Jessop volvió a sobrevivir, aunque esta vez con una lesión en la cabeza que sufriría durante el resto de su vida.
5. Un aviso... literario
No es extraño que la literatura, la imaginación plasmada en novelas y ficciones, se adelanten a acontecimientos históricos. Ha ocurrido con la pandemia, a la que algunas películas ya le habían dedicado un argumento parecido, y también ocurrió con el Titanic. Morgan Robertson fue el autor de “Futility”, novela publicada en 1898, 14 años antes de que zarpara el barco, y cuyo argumento trataba sobre Titán, un barco ficticio que se hundía durante un viaje. Robertson fue acusado de ser un adivino, y él se refugió explicando que las similitudes que guardaba su obra con la historia del Titanic tan solo eran fruto de sus amplios conocimientos.
6. ¿Dónde se hundió?
Aunque era el barco más grande del mundo, más grande es el Océano, pues se tardaron nada menos que 73 años para hallar sus restos. La proa fue descubierta en 1985 y, cuando se halló el resto del barco, se confirmó que la nave se había partido en dos, algo muy discutido pues hubo al menos 15 testigos que juraron que habían visto el barco partirse, pero fueron ignorados, porque la versión original de EE UU decía que la nave se hundió intacta.
7. Las cifras
El barco llevaba 15.000 botellas de cerveza, 1.000 de vino, 850 botellas de licor y 8.000 cigarrillos. En cuanto a la comida, se transportaron 75.000 kilos de carne fresca, 7.500 de tocino, 36.000 naranjas, 1.000 barras de pan y 40.000 huevos frescos a bordo. En cuanto al dinero, si bien se estima que el barco costó alrededor de 7,5 millones de dólares en 1912, el presupuesto de la cinta de Cameron (se estrenó en 1997) lo superó con creces: 200 millones de dólares.
8. La reacción mediática
Fue un desastre, algo que había casi que verlo para creerlo, y por ello la reacción fue un caos. En la carrera por publicar el primero un titular sobre lo acontecido, muchos periódicos hicieron falsas ilusiones a los familiares y seres queridos de los navegantes del Titanic. “Daily Mail” declaró que “no hay vidas perdidas”, mientras que el “Belfast Telegraph” afirmaba que “no hay indicios de que haya víctimas”. Con esto, los periódicos estadounidenses, por la diferencia horaria, tuvieron más tiempo: el “New York Times” publicó en su titular que “El Titanic se hunde cuatro horas después de golpear con un iceberg. 866 rescatados por Carpathia, probablemente 1.250 muertos”.
9. Igualdad ante el desastre
Si bien el Titanic, tal y como se ve en la cinta de Cameron, distinguía entre primera y tercera clase de manera bastante marcada, a la hora del accidente estas desigualdades de clases no importaron. Daba igual cuánto dinero tuvieras, pues la cuestión era sobrevivir. Y ni siquiera el hombre más rico que iba en el barco, John Jacob Astor de 47 años, pudo salvarse. Además, en el barco iba con su nueva pareja sentimental, Madeleine Force, quien estaba embarazada con tan solo 19 años. Ambos también salen retratados en la película.
10. Bebé a bordo
La pasajera más joven del Titanic era Millvina Dean, quien también protagonizó una trágica historia durante el hundimiento. Cuando ocurrió tenía tan solo 2 meses y sobrevivió, falleciendo a los 97 años, el 31 de mayo de 2009. Si bien al final de su vida sufrió dificultades económicas, tanto Cameron como DiCaprio y Winslet decidieron ayudarla económicamente.
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