Un nuevo estudio postula que el olvido es un fenómeno orquestado para mejorar nuestras capacidades, permitiendo un comportamiento más flexible y una mejor toma de decisiones
Pocas cosas suelen dar tanto miedo como la pérdida de memoria que sufrimos a medida que envejecemos: ”si no lo recordamos... ¿de qué sirvió vivirlo?”. De hecho, la pérdida de memoria es uno de los motivos más frecuentes de consulta médica, especialmente en la población de adultos mayores. Esta situación, que es perfectamente natural y no tiene porqué estar asociada a una enfermedad degenerativa como el Alzheimer o la demencia, suele asociarse a un deterioro cognitivo.
Pero, ¿y si la pérdida de memoria no es consecuencia de una debilidad de nuestro sistema cognitivo, sino que es -más bien- la evidencia de que nuestro cerebro está funcionando bien?. Un nuevo trabajo asegura que esta pérdida de recuerdos podría ser, en realidad, toda una ventaja evolutiva que representaría una forma distinta de aprendizaje, que nos permitiría tomar mejores decisiones con la información de la que disponemos.
El cerebro es la máquina más completa del cuerpo humano. Y su comportamiento nunca es aleatorio | Ilustración de archivo
Los resultados del estudio colaborativo de la Universidad de Toronto (Canadá) y del Trinity College de Dublín (Irlanda) fueron publicados en la revista Nature Reviews Neuroscience. Y allí, sus autores aseguran que olvidar no debe plantearse como una debilidad de nuestro sistema cognitivo, sino que -más bien- es una fortaleza. Y es que, no se puede recordar todo. De alguna forma, nuestro cerebro tiene que seleccionar qué información es lo suficientemente valiosa como para que merezca la pena ser retenida. Y a medida que pasa el tiempo, la cantidad de recuerdos que hemos almacenado es enorme, por lo que -irremediablemente- debemos olvidar algunos de ellos... o por lo menos, deberemos olvidar algunos detalles menos importantes.
De esta forma, la pérdida de información estaría mejorando nuestra capacidad de aprender y nuestro bienestar general, haciendo que retengamos aquellos recuerdos más importantes para nuestra situación actual y que olvidemos otros que no lo son tanto.
No es un fenómeno aleatorio
Los autores del estudio postulan que, en realidad, lo que está haciendo nuestro cerebro es remodelar los circuitos neuronales. Cuando varía la accesibilidad de las células del engrama, que es un grupo de neuronas que se activa ante la percepción de determinada información, también cambia nuestra capacidad para acceder a cierta información. De esta forma, el olvido será causado por la incapacidad de reactivar esas células del engrama que contienen nuestros recuerdos.
Un engrama es un grupo de neuronas que se activa ante la percepción de determinada información | Fuente: HALLINAN ET AL., JNEUROSCI 2019
Tomás Ryan, uno de los autores del trabajo, lo explica así: “Los recuerdos se almacenan en conjuntos de neuronas llamadas ‘células de engrama’, y el recuerdo exitoso de estos recuerdos implica la reactivación de estos conjuntos. La extensión lógica de esto es que el olvido ocurre cuando las células del engrama no pueden reactivarse. Los recuerdos en sí mismos todavía están allí, pero si los conjuntos específicos no se pueden activar, no se pueden recuperar. Es como si los recuerdos estuvieran almacenados en una caja fuerte pero no puedes recordar el código para desbloquearlos”.
Otra de las conclusiones del estudio, es que el contexto en el que viva cada individuo, hará que su cerebro se decida por retener una información u otra. Es decir, que no es un fenómeno aleatorio... en absoluto: “Nuestra nueva teoría propone que el olvido se debe a la remodelación del circuito que cambia las células del engrama de un estado accesible a uno inaccesible. Debido a que la tasa de olvido se ve afectada por las condiciones ambientales, proponemos que el olvido es en realidad una forma de aprendizaje que altera la accesibilidad de la memoria de acuerdo con el entorno y cuán predecible es”, explicaba Tomás Ryan.
Si los científicos están en lo cierto, la forma en la que aprendemos, recordamos y olvidamos es un fenómeno orquestado para mejorar nuestras capacidades, permitiendo a su vez un comportamiento más flexible y una mejor toma de decisiones.
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