Uno de los responsables de Viseta trabajando en el prototipo
Viseta
Omicrono
Tecnología
Una asociación francesa está
detrás del diseño y fabricación de Viseta, un invento basado en el
tornillo sin fin que genera energía hidroeléctrica.
El
auge de las energías renovables en España parece imparable y, poco a
poco, van sustituyendo a las basadas en los combustibles fósiles. A los
nuevos aerogeneradores y plantas solares que están aumentando la
producción hasta niveles de récord, superando el 70% de la generación
eléctrica en nuestro país, se suman pequeñas iniciativas más modestas pero igual de importantes. Son el fruto del trabajo de pequeñas empresas o inventores individuales como el ingeniero español que ideó un sistema de palancas para obtener energía de cualquier río, empeñados en aportar su granito de arena en la lucha contra el cambio climático.
Es
el caso de la asociación francesa sin ánimo de lucro Viseta, que lleva
varios años trabajando en el diseño, desarrollo y construcción de una
ingeniosa solución hidroeléctrica a pequeña escala. Su apuesta pasa por
recuperar los antiguos molinos que todavía se conservan a lo largo y
ancho de toda Francia gracias a una innovadora turbina hidráulica de madera, que puede incluso construirse in situ.
Ahora,
los fundadores y actuales responsables de Viseta quieren dar un paso
más allá tras fabricar los primeros prototipos a escala. Tras ganarse el
favor del público y resultar vencedores del presupuesto participativo
ciudadano 'Mi solución para el clima' de la región de Occitania y ser
premiados en el concurso low tech del CJD Roanne, ya están listos para producir su primera picocentral hidroeléctrica a escala 1:1, que será capaz de producir entre 4 y 10 kW.
Hidroeléctrica 'low cost
Con
una producción de más de 17.000 MW, las centrales hidráulicas son un
elemento fundamental del mix energético de nuestro país. Estas grandes
infraestructuras aprovechan la energía cinética y potencial de los saltos de agua para convertirla en energía eléctrica renovable a través de grandes turbinas, de forma limpia y sin generar residuos.
Pero
ese tipo de instalaciones, la mayoría construidas hace varias décadas y
próximas al final de su vida útil, también presentan varios
inconvenientes. El principal es su altísimo impacto medioambiental, ya que su construcción implica alterar los ecosistemas e inundar grandes áreas anteriormente secas.
Central hidroeléctrica.
Invertia
Otra
circunstancia importante a tener en cuenta es el alto coste económico
que conllevan estas centrales y que su rentabilidad está asociada a la
cantidad de precipitaciones en la zona. En un país como España,
amenazado permanentemente por la sequía, son frecuentes los descensos en
la producción de energía.
Para
solventar estas dificultades y recuperar la importancia de los 19.000
molinos presentes en las redes fluviales de Francia, de los cuales sólo
se utilizan el 20%, los miembros de Viseta apuestan por una ingeniosa solución basada en el principio del tornillo de Arquímedes.
Esta máquina, atribuida al célebre matemático griego, se utilizaba en
la antigüedad para bombear agua y elevar harina, cereales o material
excavado de niveles inferiores a superiores.
Los responsables de Viseta con una maqueta de la pico-central hidroeléctrica
Viseta
Omicrono
También conocido como tornillo sin fin, el mecanismo consiste básicamente en un cilindro hueco situado sobre un plano inclinado,
que permite elevar el cuerpo o fluido situado por debajo del eje de
giro. En el caso de Viseta, el diseño se ha adaptado para que el
tornillo se mueva impulsado por el flujo de agua de un río y produzca
energía moviendo una turbina.
Hasta
la fecha, esta asociación que busca "promover el autoconsumo de energía
reduciendo los impactos sobre la biodiversidad fluvial", ha dado varios
pasos clave para el desarrollo de una solución escalable que se adapte a
distintos lugares y condiciones. Además de generar energía, su otro objetivo es facilitar la "continuidad ecológica", para que los peces puedan superar algunos de los 88.000 obstáculos presentes en los ríos de todo el país.
En
2023, gracias a las aportaciones de sus socios y a los premios de
diversas instituciones francesas, los miembros de Viseta diseñaron y
fabricaron los componentes necesarios para la instalación en un banco de pruebas de un prototipo a escala 1:3. Estos consistían en una turbina de unos 500 W, un depósito de inercia, canal
de entrada y salida, dispositivos motorizados de ajuste de nivel,
bomba, caudalímetro y medidas de nivel, generador eléctrico, electrónica
de potencia y un dispositivo de adquisición y control.
El
siguiente paso fue probar un segundo prototipo ya en el río, en la
comuna Cier-de-Rivière, en el Alto Garona, al sur del país. Esta máquina
incluía algunas mejoras significativas en piezas como la turbina, la estructura exterior o el sistema de regulación.
En el taller donde se fabrican los prototipos de Viseta
Viseta
Omicrono
El
objetivo final, que está mucho más cerca, es la producción de una
picocentral hidroeléctrica completa con una potencia nominal de hasta 10
kW. Para ello, desde Viseta buscan recaudar fondos para desarrollar la tecnología a mayor escala y para crear kits de montaje, que permitirían a regiones y comunidades instalar de forma rápida y sencilla la turbina.
Otras centrales a pequeña escala
La
propuesta de Viseta es la última de una larga lista de inventos y
soluciones hidroeléctricas a pequeña escala. Uno de los más renombrados
en los últimos años es el que propone la empresa neozelandesa PowerSpout. Instaladas de forma individual o en conjunto, estas pequeñas turbinas transforman el flujo de agua en corriente continua, alcanzando los 2.000 W de potencia máxima.
Microgeneradores hidroeléctricos
PowerSpout
Omicrono
Para los interesados en comprar una de sus soluciones, que van desde los 3.000 hasta más 4.000 dólares,
la empresa ha creado una serie de calculadoras virtuales con las que
valorar la instalación de una de estas turbinas y cuánto ahorro en la
factura de la luz puede aportar a una vivienda.
Otra solución interesante es la que propone la empresa alemana Energyminer, responsables de una turbina compacta y sumergible llamada Energyfish. "Un banco de 100 Energyfish ahorra alrededor de 2.300 toneladas de CO2 al año, lo que equivale a compensar las emisiones anuales de unos 1.700 coches pequeños", asegura la compañía en su página web.
Como
si fuera una boya en el mar, estas pequeñas centrales hidroeléctricas
flotan entre la profundidad y la superficie de los ríos aprovechando la
fuerza de su cauce, pero sin interrumpir la vida en ellos. Esta es la
clave que defienden sus responsables, alcanzar la "perfecta armonía con
la naturaleza", generando electricidad verde para abastecer a más de 400 hogares con un enjambre de estas turbinas.
TODA LA INFORMACIÓN LO HE
ENCONTRADO EN LA PÁGINA
OFICIAL DEL ESPAÑOL.COM EN
LA SECCIÓN DE TECNOLOGÍA
Pirata Oscar
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