Cerebro y nicotina
Tras determinados traumatismos craneales, los fumadores pueden dejar de fumar repentinamente; la red cerebral implicada puede ser un objetivo para la lucha contra la adicción al tabaco
El cerebro es un órgano increíblemente complejo, y la mayor parte de los descubrimientos sobre sus funciones se han realizado gracias a personas que han sufrido algún tipo de accidente (contusión, tumor, infarto cerebral, malformación). En estos casos, identificando la parte del cerebro dañada se ha podido establecer una relación con la función afectada, como el habla, la memoria o las emociones.
En este caso los científicos han analizado los escáneres cerebrales de personas que abandonaron su adicción a la nicotina sin problemas poco después de una lesión cerebral. Un equipo dirigido por Juho Joutsa, de la Universidad de Turku (Finlandia), ha estudiado a fondo esas remisiones espontáneas y ha identificado una red cerebral que podría desempeñar un papel fundamental en la lucha contra la adicción. Joutsa y sus colegas describen esta «red de remisión de la adicción» en la revista científica Nature Medicine.
Los neurocientíficos del equipo analizaron los escáneres cerebrales de 129 pacientes que habían sufrido una lesión cerebral y eran adictos a la nicotina en ese momento. Casi una de cada tres personas dejó de ser adicta al tabaco después del accidente. Sin embargo, sus daños se localizaban en diferentes partes del cerebro. Al analizar cómo se comunicaban estas regiones entre sí, los investigadores pudieron identificar una red cohesionada. Esta «red de adicción-remisión» está formada, entre otras cosas, por el córtex insular y partes del cíngulo y del córtex prefrontal. Los expertos habían vinculado previamente estas regiones con el comportamiento adictivo. Sin embargo, lo que es nuevo es el descubrimiento de que estos circuitos trabajan juntos y que los cambios en estas conexiones pueden hacer que sea más fácil dejar de fumar.
Los resultados son especialmente sólidos porque el equipo de investigadores no sólo observó la conectividad funcional, es decir, cómo interactúan las regiones entre sí, sino que también encontró pruebas anatómicas de la existencia de red, ya que algunos pacientes tenían lesiones en la materia blanca que conecta estas áreas.
Además, el grupo pudo demostrar que los daños en los circuitos recién descubiertos estaban asociados a un menor riesgo de alcoholismo en otros 186 sujetos de prueba, lo que indica que el circuito de control neuronal también desempeña un papel en otras adicciones a sustancias.
Según los investigadores, el descubrimiento podría ayudar a tratar con más éxito las adicciones en el futuro con técnicas de estimulación cerebral, por ejemplo, abordando varias regiones simultáneamente. En Estados Unidos, los médicos ya utilizan estas técnicas para ayudar a las personas a dejar de fumar. Sin embargo, hasta ahora no estaba claro a qué regiones debía dirigirse el tratamiento para ser más efectivo.
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