El creador Diego San José y la directora Elena Trapé desvelan las claves de la serie de Movistar Plus+ protagonizada por Javier Cámara y Carla Quílez.
Divorciado y sin ilusiones en la vida, Joserra (Javier Cámara) es un exjugador olímpico de bádminton que sobrevive dando clases de educación física en un instituto público de Vallecas. Hasta que cree descubrir, en un torneo escolar, al talento que le llevará a cumplir su sueño de competir en Yakarta.
Mar (Carla Quílez) es una jugadora adolescente de bádminton que podría ser el billete para viajar a la ciudad donde los exjugadores como él son respetados como estrellas. Son los protagonistas de Yakarta, la nueva serie original de Movistar Plus+ que llega a la plataforma el próximo 6 de noviembre.
"El bádminton es una excusa para hablar de la ausencia de la posibilidad de ganar. O sea, del perdedor nato, del que, incluso ganando, sigue perdiendo, porque ganar un campeonato regional de bádminton tampoco te convierte en un ganador", cuenta Diego San José, creador de Yakarta, el paraíso deportivo y vital con el que sueña Joserra.
"Eso se podría haber contado desde muchos lugares, pero el bádminton tiene esa entidad bonita de que hay otro lugar lejano en el que la gente que juega a este deporte, que aquí ni practicamos mucho ni entendemos del todo, son estrellas. El anhelo de que, habiendo nacido en otro lugar o viajando a otro lugar lejano, tú mismo podrías tener una vida menos mediocre me gustaba" añade.
Yakarta: Tráiler |
Movistar Plus+
La herida
La herida abierta que lleva dentro Joserra es demasiado grande. "Hay gente que tiene heridas tan grandes que condicionan su existencia. Joserra nos permitía diseñar un dolor que solo se iba a entender con el paso de los capítulos. De hecho, hasta el capítulo tres, uno no termina de entender qué es lo que le pasa", dice San José.
Por eso, en la dirección, Elena Trapé (que repite con el creador después de Celeste y codirige la serie junto con el propio Javier Cámara y Fernando Delgado-Hierro) se ha pegado mucho al protagonista.
"Yakarta es una serie que aborda de manera sutil un tema muy delicado y nos preocupaba el tono, que es muy particular. Decidimos estar cerca del personaje de Javier y trabajar bien el punto de vista para poder dibujar todas las capas que componen el conflicto interno de nuestro protagonista. En ese sentido, estamos muy contentos con el resultado", cuenta.
Diego San José no quiere ofrecer en su serie un compendio moral sobre un tema atroz e indefendible desde cualquier óptica, uno que el espectador irá descubriendo a lo largo de los seis capítulos de 30 minutos, pero sí defiende que "si alguien tiene un pasado muy complicado, no siempre le podemos culpar de que no haya sido capaz de solucionarlo. Pasar página es una obligación que se nos impone culturalmente y, cuando uno ve que no lo consigue, parece que está fallando. A veces, la página que tiene que pasar pesa toneladas. Creo que tenemos que liberarnos de esa responsabilidad y asumir que estamos jodidos y que no tiene solución".
Escenarios sin encanto
Yakarta transita por los márgenes y extrarradios de la vida: pensiones roñosas, polideportivos en horas bajas y estaciones de servicio que pasan por Totana, Ponferrada o Torrelavega, ciudades a las que viajarán los dos protagonistas en su sueño de clasificarse para el Campeonato de España de Bádminton.
"Formalmente, queríamos una serie cinematográfica, con una atmósfera impregnada de melancolía y aridez. Retratábamos una España sin encanto, pero buscábamos que fuese visualmente interesante, bonita. Eso determinó las ópticas y el formato que decidimos con Rita Noriega, nuestra maravillosa directora de fotografía", explica Elena Trapé.
Ya en el guion, Diego San José quiso retratar esa España de provincias que tan bien conoce. "Yo soy de Irún, una ciudad que se parece a muchísimas ciudades que no son ni muy grandes ni muy pequeñas, es decir, que no tienen ni el encanto de lo rural ni las facilidades de las capitales. Y creo que, en ese lugar intermedio, en esas ciudades que no tienen una personalidad muy definida, se esconde la mayoría de la gente que vive en España. Tal vez por mis orígenes o por mi educación cultural, emocional, me parecía un lugar más interesante que otros. Por eso ese recorrido por la España de provincias", desvela.
Huérfanos de afectos
Junto a Joserra está Mar, una adolescente que juega al bádminton como vía de escape, tan huérfana de afectos como él. Son dos desconocidos que tendrán que aprender a soportarse.
"Es curioso, porque no son familia ni amigos tampoco. No tienen ninguna relación de esas que ubicamos en nuestro esquema mental y de las que conocemos cuáles son sus reglas, compromisos o beneficios. Es una relación un poco extraña que ni ellos mismos terminan de entender. Pero Joserra tiene una hija con la que no hay relación y Mar tiene un padre que cambia cada dos meses porque su casa es cambiante", afina San José.
"En cada viaje a un partido de bádminton, están resolviendo emocionalmente cosas que no tienen que ver con el deporte, sino con sus vidas fallidas", explica. Yakarta es una historia de personajes donde el casting brilla y fueron muchos los ensayos.
"Era necesario entender y transitar emocionalmente algunos acontecimientos previos al momento con el que arranca la serie. Muchos de ellos eran dolorosos, porque están conectados con el fracaso, la soledad y el abandono. Después fuimos definiendo la evolución del vínculo que se establece entre los dos personajes a lo largo de la historia. Y una vez iniciado el rodaje, ese vínculo fue real y fue creciendo semana tras semana. Joserra y Mar son un tándem entrañable", cuenta Elena Trapé.
Hacia la luz
La nueva serie de Diego San José no es un viaje hacia la luz en el que los personajes resuelvan todos sus problemas. "Más bien es un viaje hacia volver a tener ganas de cambiar las cosas, a tomar decisiones y a recuperar algo de valentía", dice Trapé.
Pero sí que alberga cierta luminosidad. "No es pesimista asumir que la vida adulta es muy complicada y dura. De hecho, creo que nos hace más felices aceptar nuestras derrotas que pretender ganar todo el rato, porque eso genera frustración. Hay un trayecto entrañable en la serie, porque ganar no tiene que ver sólo con hacerlo de la manera en que buscabas, sino con una forma inesperada que no es la que soñaste ni, tal vez, la que querías, pero sí la que necesitabas", dice San José.
"Nuestra aspiración es que el espectador entienda qué es lo que necesitan Joserra y Mar y que la serie, finalmente, lo que trate de resolver no es que ganen o no al bádminton, sino que se ganen o no mutuamente para el resto de lo que les queda de vida", añade.
 |
Pirata Oscar
No hay comentarios:
Publicar un comentario