jueves, 25 de septiembre de 2025

Científicos crean el primer cemento ‘vivo’ del mundo: puede generar energía

 


 

CIENCIA

 

Una bacteria capaz de vivir en cualquier ambiente convierte el material ultrarresistente en un almacén de electricidad.


La innovación no conoce fronteras, y menos cuando se trata en el aspecto biotecnológico. Desde mejorar la propia anatomía humana hasta encontrar o crear nuevas fuentes de energía. Pues unos científicos daneses han hecho justo esto, pero mezclado con el elemento más utilizado en la construcción: el cemento.

Y es que los investigadores de la Universidad de Arhus, la segunda más importante del país nórdico, han confeccionado un nuevo tipo de conglomerante capaz de almacenar electricidad, mediante un microorganismo con vida. “El primer cemento vivo del mundo”, o dicho de otra forma, el primer cemento bacteriano de la historia.

Para conseguirlo, integraron el microbio Shewanella oneidensis, conocido por ser capaz de extraer electrones de su célula, en el hormigón, de tal forma que crea una red de carga que almacena y libera energía. Además, esta bacteria puede proliferar y sobrevivir en condiciones con o sin oxígeno, lo que facilita su resistencia en el material. Pero, todo ser vivo necesita alimento, y en el cemento no hay mucho, ¿no?

 

Un hormigón con proteínas, vitaminas y sales minerales

Los científicos daneses han dado con la solución al problema: para que puedan persistir y reproducirse, el cemento fabricado cuenta con un sistema microfluídico de nutrientes que alimenta a las bacterias. Y que en adición las devuelve a la vida si han muerto, como una especie reanimación microbiana.

“Esta técnica puede recuperar hasta el 80% de la capacidad original del material, tanto el inerte como el activo”, apunta Qi Luo, investigador principal del hallazgo, según diversos medios. Un material, el propio componente de construcción, que ya no solo servirá para mantener estables y erguidos los edificios, sino que también podrá proporcionar energía, prácticamente ilimitada, a estos mismos.

Para demostrarlo, el equipo de Luo erigió seis bloques de este cemento conectados, y produjeron la electricidad necesaria para encender una lámpara LED. “Todavía que mucho camino por recorrer, pero esto no es solo un experimento de laboratorio. La utilidad de este material para el futuro puede ser determinante”, sentenció el científico. Sin duda, es una primera piedra angular para que los muros, cimientos o puentes, quién sabe si no dentro de mucho, funcionen con sus propias baterías.

 

 

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   Pirata Oscar  

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