CINE
La actriz que redefinió la comedia romántica y desafió los estereotipos de Hollywood deja un legado imborrable en la historia del cine.
La actriz estadounidense Diane Keaton (Los Ángeles, 1946) ha fallecido este sábado a los 79 años en su residencia de California. La noticia fue confirmada por la revista People, citando a un portavoz de la familia, que ha pedido privacidad en este momento de duelo. No se han revelado las causas del fallecimiento. Se apaga así una de las presencias más singulares del cine moderno, una intérprete que convirtió la excentricidad en virtud y la vulnerabilidad en fuerza.
De Broadway a la eternidad
Keaton comenzó su carrera en el teatro, debutando en el musical Hair en 1968, y pronto se hizo notar por su negativa a desnudarse en escena, una decisión que ya anticipaba su carácter. En 1970 dio el salto al cine con Amantes y otros extraños, pero fue El Padrino (1972) el que la colocó en el mapa, interpretando a Kay Adams, la pareja de Michael Corleone. Su papel, inicialmente secundario, se volvió esencial en la evolución emocional de la saga.
Su colaboración con Woody Allen fue decisiva. Sueños de un seductor, El dormilón, Manhattan, Interiores y, sobre todo, Annie Hall (1977), le dieron voz a una nueva forma de ser mujer en pantalla: libre, irónica, compleja. Por ese papel ganó el Oscar a Mejor Actriz, y también redefinió el estilo: sombreros fedora, pantalones anchos, corbatas y una actitud despreocupada que se volvió icónica.
Una carrera sin concesiones
Durante cinco décadas, Keaton se mantuvo fiel a sí misma. Alternó comedia y drama con solvencia, brillando en títulos como Rojos, La habitación de Marvin, El club de las primeras esposas, Cuando menos te lo esperas o El padre de la novia. Fue también directora y productora, y nunca dejó de trabajar, incluso en sus últimos años, con películas como Book Club o Mejor que nunca, donde exploraba la madurez con humor y dignidad.
Su estilo interpretativo era reconocible: pausado, introspectivo, con una capacidad única para hacer que cada línea pareciera pensada en voz alta. No buscaba agradar, sino conectar. Y lo hacía.
Más allá del cine
Keaton nunca se casó. Adoptó a dos hijos, Dexter y Duke, y en entrevistas dejó claro que la independencia era su prioridad. Mantuvo relaciones con Woody Allen, Warren Beatty y Al Pacino, pero siempre desde una distancia emocional que protegía su espacio. En su libro de memorias Then Again, exploró la figura de su madre como inspiración artística y emocional.
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¡Prueba de que nuestras mascotas también tienen buen gusto!
Feliz Día Nacional de la Mascota de parte de HG & @diane_keaton 🖤🐾
#nationalpetday
Su última publicación en redes fue una foto junto a su perro, celebrando el Día Nacional de las Mascotas. “¡Prueba de que nuestras mascotas también tienen buen gusto!”, escribió. Una despedida involuntaria, pero coherente con su forma de estar en el mundo: con humor, con estilo, sin estridencias.
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