lunes, 13 de octubre de 2025

Un poco de España es mucho

 

 
España
 
 2
 
Yeremy Pino 23', Oyarzabal 63'
 

 
Georgia
 
0


Finalizado
 
 
 
 

 
 
 
 
 ESPAÑA 2 - GEORGIA 0
 

Los goles de Pino y Oyarzabal, este un auténtico obús, tumban a Georgia y encarrilan la clasificación para el Mundial.


Un poco de España es mucho, así, cortito y al pie. Incluso en el día más desafortunado cara a la portería rival, con 24 disparos por solo uno de Georgia, la Selección fue capaz de resolver con victoria un partido que permite ver el Mundial 2026 un poquito más cerca. Los goles de Yeremy Pino y Mikel Oyarzabal, este un auténtico obús con escuadra y cartabón (¿se siguen utilizando?), tumbaron a Kvaratskhelia y compañía y confirmaron que La Roja vuela hacia Canadá, México y Estados Unidos como ya quisieran muchas compañías aéreas.

Hay que jugar mucho al fútbol para firmar registros como el que ahora exhibe La Roja. Son ya 28 los partidos oficiales consecutivos tras los que se mantiene invicta, una cifra de altura, casi de vértigo. Superadas ya las rachas de Argentina (26 encuentros en dos ocasiones, de 1945 a 1956 y de 2019 a 2022) y Francia (27 en otras dos, de 1994 a 1999 y de 2019 a 2021), los de Luis de la Fuente tienen ahora a tiro la de 29 encuentros firmada por la propia España entre 2010 y 2013. Por delante solo quedarían los 31 partidos de Italia (2018 a 2021), los 35 de Senegal (2023 a la actualidad) y los 38 de Marruecos (2018 a 2022). Alguno dirá que esas cifras son puro humo si luego se falla en el Mundial, pero conviene llegar con viento a favor a mares tan agitados como ese.

El conjunto de Luis de la Fuente gana 2-0 a Georgia y encarrila la clasificación para el Mundial. Yeremy Pino y Mikel Oyarzabal, los goleadores.

El pleno de victorias tras medirnos con Bulgaria, Turquía y Georgia acerca el pasaporte para el gran torneo una vez alcanzado el ecuador de la fase de clasificación. Son tres victorias con el extra de haber marcado 11 goles y no haber recibido ninguno. Salsa arriba y dieta baja en calorías atrás.

Willy Sagnol jugó al trilero, pero el truco quedó al descubierto hora y media antes de que diera comienzo el partido: Kvaratskhelia era finalmente titular pese a llevar tres semanas en el dique seco. Bueno para Georgia y bueno también para el fútbol, pues siempre es de agradecer ver al extremo del PSG sobre el césped. No sé si Porro, de nuevo titular en el lateral derecho español, pensaría lo mismo. 

 

Ferran y Yeremy, en las bandas

El segundo trampantojo consistía en situar a Dvali, central de pura cepa, como extremo derecho en la alineación facilitada por Georgia a la UEFA, pero que quedó en papel mojado en cuanto el balón empezó a rodar. Cada uno en su sitio, en el que le corresponde, salvo en el caso de La Roja, donde Ferran ocupaba la banda derecha y Yeremy Pino, la izquierda, algo inesperado. Lo de Cubarsí como central izquierdo se ha convertido ya en rutina, sea vestido del Barça o de la Selección.

Pero retrocedamos unas líneas, recuperemos el anunciado pulso entre Kvaratskhelia y Porro, un PSG-Tottenham en toda regla cuyo primer asalto cayó de lado del georgiano, quien a los once minutos había conseguido forzar la tarjeta amarilla del rival. Demasiado peaje el que le cobró el lituano Manfredas Lukjancukas, quien solo unos minutos antes se había lavado las manos en una acción de Ferran que olía a penalti hasta tal punto que requirió incluso de la intervención del VAR.

El partido caminaba arrastrando los pies, con una España a la que no le corría el balón, mientras que Georgia se mantenía bien plantada con cinco hombres atrás. El balón parado generó la primera gran ocasión roja, un cabezazo de Oyarzabal que se fue ligeramente por encima del larguero de Mamardashvili.

Afortunadamente, en medio de esa bruma surgió Pedri, casi siempre clarividente, quien con un pase al corazón del área encontró a Le Normand, cuyo toque de primera habilitó a Yeremy para propiciar el 1-0 (24’). El golpe pudo ser aún más dañino para Georgia pues, cuando Kashia y Goglichidze aún estaban preguntándose qué había fallado en el gol, Mamardashvili cometió penalti sobre Ferran (minuto 29). Este lo lanzó, cortesía de Oyarzabal, que es un pedazo de pan, pero lo hizo mal, al centro y a media altura, todo un caramelito para un tipo como Mamardashvili.

Esa falta de acierto se convirtió en hábito, pues de ahí hasta el descanso probaron suerte Porro, Oyarzabal y Merino, este hasta en dos ocasiones, pero ninguno de ellos supo batir al meta georgiano. Y lo siguieron haciendo Oyarzabal y Ferran en el arranque de la segunda mitad, de nuevo con el uy en la grada como signo inequívoco de que la pelotita no había querido entrar. Fue tal el pim-pam-pum que en una misma jugada Porro y Oyarzabal estrellaron sus remates en los postes.

Pero el de la Real Sociedad supo tomarse cumplida revancha en el minuto 64′, cuando tomó el balón en sus manos para lanzar una falta desde la frontal del área que el árbitro había mandado repetir. Su zurdazo fue tal, un violento zarpazo que se coló junto a la escuadra de Mamardashvili, que los aficionados más veteranos creyeron ver a Puskas vivito y coleando. Cañoncito Pum en el Martínez Valero, qué mejor epílogo al último triunfo de una España que va camino de récord.

 

 


 
 
 
 



 

 

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   Pirata Oscar     

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