La vuelta al Joaquin Sorolla ha sido todo lo que esperábamos: mucho drama, mucho conflicto y mucho Pablo Alborán.
Si siempre nos han atraído las series de médicos es porque algo tiene el ver a aquellos a los que consideramos héroes ser también humanos, con sus dramas y sus defectos. Lo sabían Urgencias, Anatomía de Grey, The Resident o The Good Doctor, y lo sabía también Carlos Montero quien, decidido a volver a triunfar en Netflix tras Élite, creó Respira para presentarnos a los doctores del ficticio hospital valenciano Joaquin Sorolla.
Hacía ya tiempo que en España no nos habíamos atrevido a abrir un nuevo hospital televisivo, por lo que el momento fue el idóneo para que a la audiencia no le diese pereza volver a ver a cirujanos salvar vidas. También ayudó, claro, un cast espectacular que contó con Blanca Suárez, Aitana Sánchez-Gijón, Najwa Nimri y Manu Ríos a la cabeza. "Habrá que darle una oportunidad, ¿no?", fue el pensamiento de muchos.
Cuando al fin se estrenó en agosto de 2024, resultó que sí, que había valido la pena ver qué se traía entre manos la plataforma de la N roja. Aquella primera temporada fue adictiva. Sus protagonistas eran magnéticos y el guion conseguía sorprendernos al final de cada episodio, cuando un giro inesperado en los últimos minutos hacía que dejásemos que ese botón de "Siguiente episodio" nos hiciese avanzar automáticamente hasta el final de la temporada.
Es por ello que, por mucho que quisiésemos más, también daba miedo enfrentarse a una segunda entrega. ¿Conseguiría engancharnos tanto como la primera? ¿Sería la promesa de nuevas tramas llenas de drama y el debut de cierto cantante queridísimo por el público suficiente para enamorarnos de nuevo? Pero, ahora que ha llegado el 31 de octubre y los nuevos 8 episodios ya están disponibles, podemos respirar tranquilos (nunca mejor dicho): la serie de médicos de Netflix ha vuelto a conseguirlo.
'Respira' ha vuelto a hacerlo bien
La segunda temporada de Respira tenía, como toda segunda temporada, la desventaja de no poder sorprendernos con sus tramas principales. Aquello que tan bien había logrado hacer en su primera entrega, descubriéndonos poco a poco todas las relaciones entre sus protagonistas, no podía repetirse. El reto se encontraba, pues, en mantener esas ganas de más con una trama ya muy encaminada.
Por suerte (y por esfuerzo), la serie de Netflix también había hecho algo muy bien en su presentación, esto es, crear unos personajes lo suficientemente pensados y profundos como para que nos interesase saber qué pasa con ellos más allá de esos giros de guion que, como una droga, nos tuvieron enganchados aquellos primeros episodios.
Queríamos volver a ver a la "puta presidenta", a ese residente movido por la vocación y a esos jefes duros, pero honrados, y además queríamos que siguiesen gustándonos tanto como al principio, sin perder fuerza ni sentido. Y el mérito de esta segunda entrega es precisamente haberlo conseguido, tanto con los antiguos protagonistas como con los nuevos.
La segunda temporada de Respira logra mantener intacta la esencia de la primera aún cuando algunas novedades cambian el panorama por completo. Y es que, por mucho que nos hayamos hartado de decir que la sorpresa de la primera entrega no podía repetirse, también es verdad que Netflix tenía algunos ases bajo la manga preparados que, admitimos, no nos esperábamos (ni diremos aquí para no estropear la sorpresa). Y no, no nos referimos al ya anunciado debut de Pablo Alborán.
Pero, como sabemos que, seguramente, si en parte has decidido leer esta crítica es para que te hablemos de él, aquí va nuestra opinión que, en palabras de su compañera Nawja Nimri, se resume en que el cantante "lo hace muy bien".
Convertido en cirujano, Pablo Alborán seduce, intriga y también desespera en ocasiones, todo en medio de aquella montaña rusa de emociones que ya nos transmitieron todos sus compañeros de reparto una temporada atrás y que, ahora, le ha tocado vivir a él por primera vez. Y la realidad es que no podríamos estar más satisfechos con el resultado.
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Pirata Oscar
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